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Una víctima mortal es un fracaso social. Sin embargo, Burgos muestra una tendencia a la baja en el número de fallecidos en carretera que debe observarse como positiva, habida cuenta de que llevamos cuatro años consecutivos con incremento en la intensidad de la ... circulación en las carreteras de la provincia. Y el balance de 2017 corrobora ambos extremos.
De acuerdo con los datos facilitados por el jefe provincial de Tráfico, Raúl Galán, Burgos cerró año con 19 accidentes mortales y 23 fallecidos. La accidentalidad cae con respecto al 2016, cuando se registraron 20 siniestros mortales y 26 fallecidos. Galán ha insistido en que «en el momento en el que existe un fallecido no se puede estar satisfecho», pero la tendencia al descenso se debe de reconocer, pues la «pelea» está en ir reduciendo uno a uno los muertos en accidente de carretera.
El dato más llamativo del balance anual es el incremento, como en ningún otro año, del número de siniestros registrados en caminos vecinales, carreteras locales o vías de la diputación. En concreto, se produjeron cuatro accidentes con resultado de muerte en caminos vecinales, con vehículo agrícola, motocicleta o quad implicados. Y fueron otros cuatro los registrados en carreteras locales o de la Diputación. El porcentaje con respecto al total es muy impactante, el 42 por ciento del total, ha insistido Raúl Galán, y «no es lo habitual».
El otro dato significativo son los tres accidentes mortales de la N-I, en los que perdieron la vida siete personas, siendo el más grave el ocurrido a principios de septiembre en Pancorbo, con cinco fallecidos, todos ellos de la misma familia y tres menores. «Ha sido el peor de todos», ha reconocido Raúl Galán, también personalmente.
El resto de siniestros se han registrado en la A-1 (tres de ellos), la AP-1, la BU-901, y las nacionales 622, 627 y 234. Ninguno ha tenido lugar en la A-62, una de las principales vías de la provincia, de las que más tráfico soporta, sobre todo de camiones, ha apuntado el jefe provincial. Así, y pese a los fallecidos, Burgos es una de las provincias que mejores datos de siniestralidad vial presenta, teniendo en cuenta el importante tráfico que soportan sus carrreteras, que se ha visto incrementado en un 15 por ciento en los últimos cuatro años.
Raúl Galán insiste en que a mayor circulación, sobre todo de vehículos pesados, más exposición al riesgo y mayor posibilidad de accidente. No obstante, el incremento en la circulación, tras la crisis, no se ha reflejado en un aumento de la siniestralidad. Eso sí, el jefe provicial reconoce que nos movemos en cifras tan bajas que cualquier accidente, en positivo o en negativo, deja su huella en el balance.
Por lo que respecta al año que acabamos de comenzar, y que hemos estrenado con un fallecido en la N-I, en Castil de Peones, Raúl Galán recuerda que las prioridades de la DGT son tres. En primer lugar, luchar contra los conductores que se ponen al volante bajo los efectos del alcohol y las drogas, pues el 40 por ciento de las víctimas nacionales dieron positivo el pasado año, ha insistido.
La segunda prioridad es concienciar a la población de los peligros que conlleva hablar por el móvil, mandar un WhatsApp o consultar las redes sociales. Finalmente, Galán apuesta por seguir sensibilizando a la población contra al exceso de velocidad. «La velocidad mata», ha insistido, y si bien no es la causa más importante de accidente sí que, unida a otros factores como la distracción, puede ocasionar que un accidente con heridos pase a un accidente con muertos.
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