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Un hombre recoge setas en el bosque. José Vicente / ICAL
Arranca una campaña micológica con buenas perspectivas en la comarca de Pinares

Arranca una campaña micológica con buenas perspectivas en la comarca de Pinares

Las intensas precipitaciones de hace unas semanas han permitido generar buenas expectativas para la campaña micológica, aunque aún se está pendiente del cielo

Jueves, 10 de octubre 2019, 08:31

Han sido tres años malos; incluso «nefastos». Pero en esta ocasión, las perspectivas son halagüeñas. Al menos por el momento. Las intensas preciptaciones registradas hace unas semanas han fomentado el crecimiento de los hongos en los montes y bosques burgaleses, que se encuentran a las ... puertas de una temporada que se espera con cierta ansia tras las decepciones de años anteriores.

Sin embargo, no todo está garantizado. De hecho, tras el gran episodio de lluvias que azotó todo el país a principios de septiembre, apenas se han registrado preciptaciones y eso condiciona la última fase de crecimiento de los hongos. «Hace quince días, las expectativas eran extraordinarias. Ahora solo son buenas», explica Ramiro Ibáñez, diptuado provincial y alcalde de Canicosa de la Sierra, uno de los municipios con mayor aprovechamiento micológico de la comarca de Pinares. Aún así, insiste, pase lo que pase ya, la campaña de este año será mucho mejor que las de los tres últimos ejercicios.

La producción ha sido muy baja durante los tres últimos años

En este sentido, Ibáñez prevé mejores resultados en la zona norte y en el alfoz de la capital provincial, donde ha habido «más humedad» en las últimas jornadas. Una producción algo menor se espera en la propia zona de Pinares, donde «el suelo está muy seco». Sí, es cierto que las lluvias de septiembre llegaron en el momento idóneo, pero también es cierto que la tierra apenas había recibido agua hasta entonces y «al día siguiente ya lo había absorbido todo».

En esta situación, que la campaña pase de buena a excelente depende directamente de la meteorología de las próximas jornadas. «El tiempo es caprichoso», subraya Ibáñez, pero si no hay heladas y se registran precipitaciones, rocío o brumas matinales, se garantizará la última fase de desarrollo de los hongos.

Recurso endógeno

Eso sí, más allá del volumen de producción, lo que se prevé es una calidad «excelente» de un producto cada vez «más valorado», tanto por los profesionales culinarios como por los propios vecinos del entorno. Y es que, tal y como reconoce Ibáñez, la campaña micológica tiene un doble componente: uno, vinculado al ocio y la gastronomía, y otro vinculado a la economía. «Para muchas familias, la campaña puede ser un gran incentivo».

En este sentido, abunda, el turismo moicológico está cada vez más asentado y las setas forman parte ya de las cartas de casi cualquier restaurante. Esa circunstancia obliga, no obstante, a «regular» tanto la recolección como la comercialización. En el primer ámbito, la Junta de Castilla y León dio un paso fundamental años atrás, dando forma a la norma mediante la que se organizan los aprovechamientos micológicos de la comunidad autónoma. Una norma que determina que los aprovechamientos pertenecen a los propietarios de los terrenos donde se recogen las setas, en su mayoría los ayuntamientos.

A este respecto, Ibáñez, que valora la puesta en marcha de la norma, subraya que «no era una cuestión de recaudación», ya que, de hecho, los ingresos municipales por esta vía son muy pequeños. El obejtivo fundamental, asegura, era desarrollar una «labor preventiva», ya que durante muchos años se han cometido «auténticas atrocidades» en el monte.

Todos recuerdan en la zona de Pinares lo vivido hace apenas unos años, cuando decenas de seteros ilegales arrasaron con toda la producción de los montes mientras dormían en condiciones insalubres en naves industriales.

Formación

Sea como fuere, el diputado provincial insiste en pedir cierta precaución. «El que no conozca las setas, que no las coma». Así de simple. Cierto es que las variedades más extendidas, con mucha diferencia, son los níscalos y los boletus, pero en Burgos se pueden recoger infinidad de variedades, algunas deliciosas, como la carrasca, el perrechico o la seta de cardo, pero también otras muchas que son indigestas o incluso venenosas. Por eso, resulta fundamental la «formación» que se ofrece a través de ayuntamientos, asociaciones y colectivos en talleres y jornadas micológicas. Actividades que en las próximas semanas se llevarán a cabo en multitud de localidades de la provincia.

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