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La colección expuesta está formada por decenas de piezas de un extraordinario valor. El impulsor de esta muestra explica que «junto a nuestras artesanías, nuestra arquitectura tradicional, nuestros rituales, nuestra tradició́n oral y otros elementos de nuestro rico y variado patrimonio etnoló́gico, se encuentran ... los juguetes, esos antiguos cacharros que han acabado relegados a un segundo o tercer plano en la mayoría de las ocasiones, cuando no perdidos». Apuesta por preservar este patrimonio: «Los juguetes han sido menospreciados por distintas razones. Más allá́ del objeto, se convierten en un patrimonio a proteger y difundir. Hablamos de un elemento presente en todas las culturas y su valor vendrá́ definido no solamente por ser un objeto, ejemplo material de una determinada cultura, sino por enseñarnos simbólicamente los valores, pautas y comportamientos de la sociedad del momento».
Los primeros visitantes de la exposición que estará abierta hasta este domingo 22 de agosto y que es de entrada gratuita, destacan que quedan impresionados. Afirman que vuelven a su niñez al recordar cómo jugaban con piezas de hojalata de trenes, barcos, coches, etc. similares a los expuestos. También los más pequeños del pueblo corren entre las vitrinas descubriendo los tesores que ha logrado reunir el coleccionista.
No obstante, son una mínima parte de las que posee Juan Carlos Requena. «A diferencia del contenido de esta exposición, los juguetes no expuestos son 'juguetes jugados' y, por lo tanto, con las huellas que atestiguan que sirvieron para el disfrute de los niños de su época. Los de hoy no, los elementos que los forman, hojalata, piezas pequeñas, no los hacen aconsejables para el gozo de los niños que, por desgracia, deben contentarse con admirarlos a través del cristal», explica.
La exposición ha sido posible gracias a la Diputación de Burgos que ha cedido las vitrinas. También los organizadores quieren agradecer a múltiples personas que han puesto su granito de arena en el montaje o en cuidar la exposición.
La muestra se centra en piezas que salieron de la fábrica Juguetes PAYÁ, S.C.V.L. en Ibi (Alicante). En 1893 un hojalatero, Rafael Payá Picó empezó a fabricar pequeños juguetes de hojalata de forma artesanal. Esa actividad se consolida industrialmente en 1905, con la venta del negocio a tres de sus hijos, dando origen a PAYÁ Hnos., S.A., sin duda el fabricante de juguetes de hojalata má́s importante de España y reconocido internacionalmente. Finalmente, cesó́ su actividad en los primeros años del presente siglo. En la actualidad, sus piezas son muy buscadas y valoradas por coleccionistas de todo el mundo.
«Los juguetes tradicionales, esos pequeñ̃os y preciosos tesoros, son claro ejemplo de la creatividad y la imaginació́n, son el resultado de un largo proceso histó́rico. Como otros elementos culturales, los juguetes forman parte de una herencia que debemos conocer y proteger entendiendo que son parte del pasado y tambié́n reflejo de un presente que nos acerca al futuro. El juguete antiguo es, ademá́s de un juguete, muchas cosas má́s, es nostalgia y drama y ternura e historia y fondo de meditaciones y sensaciones sin cuento», concluye Requena.
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