Las bandas latinas en Burgos, en jaque desde la operación contra los Latin Kings en 2019

Las bandas latinas se distribuyen por todo el territorio nacional, aunque con mayor presencia en grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, Mallorca o Zaragoza, así que la Policía Nacional tiene activo el radar en todas las ciudades. También en Burgos, que goza de tranquilidad tras la operación policial que permitió desarticular tres capítulos del denominado 'Reino de Castilla y León' de los Latin Kings en 2019.

«Estamos convencidos de que aquí no tienen actividad y obedece a la operación de 2019», explica a BURGOSconecta uno de los responsables de la Policía Nacional en Burgos que, entonces, participó de la operación. Insiste en que en Burgos «podemos estar tranquilos» porque la policía no tiene constancia de la existencia de ramificaciones de alguna de las bandas latinas, ni mucho menos una problemática como la de Madrid.

Tampoco hay constancia de que «nuestros jóvenes se vean amenazados, amedrentado o invitados (es decir, coaccionados) a integrarse en este tipo de grupos», asevera, que son especialmente peligrosos cuando se enfrentan entre ellos por el control de un territorio. También cuando tienen que ajustar cuentas entre sus miembros, sancionar comportamientos que consideran inadecuados, pues son muy violentos.

La operación de 2019 fue especialmente importante porque «no se esperaban el golpe que les asestamos», y eso les desestabilizó. Además, se consiguió recabar mucha información y documentación, así que ahora son mucho más cautelosos y «si tienen que elegir un sitio para asentarse, elegirán otros que no sea Burgos». Al menos por el momento, porque el objetivo de toda banda criminal es reactivarse, matiza.

Hace tres años, en una operación policial conjunta entre Burgos, Aranda de Duero, Valladolid y Madrid, la Brigada de Información de la Policía Nacional detuvo a doce miembros de los Latin Kings. Formaban parte de los capítulos de Burgos, Aranda y Valladolid, terminología usada por la banda para definir su estructura jerárquica, dentro del 'Reino de Castilla y León'. Fue una investigación «muy larga en el tiempo» y complicada, porque están muy bien organizados, son precavidos y es difícil pillarlos.

Lo que suele dar la voz de alarma, explica este responsable policial, son las peleas entre grupos, muy violentas y agresivas, con armas poco comunes (hubo algún caso en el que sacaron una catana en una calle del centro de la ciudad, rememora). Son enfrentamientos por el control del territorio, en el que los miembros de las bandas no dudan en matar a los que consideran sus enemigos, como se ha visto en Madrid.

Desde las detenciones de 2019, en Burgos no se han registrado reyertas con arma blanca o peleas entre grupos. Puede haber sucesos aislados, peleas y agresiones, pero ni los Latin Kings se han rearmado ni hay activa ninguna otra banda latina. Al menos hasta la fecha. «El futuro no lo conocemos», apunta el responsable provincial, quien también advierte que las bandas intentan implantar capítulos en todo el territorio.

«Estamos seguros de que después del rapapolvo que le metimos va a ser difícil que levanten cabeza, y si tienen que elegir un sitio para asentarse, elegirán otro que no sea Burgos», reitera. Y recuerda, además, que algunos de los detenidos entonces ya han estado en prisión. Han salido recientemente y, en la mayoría de los casos, se han ido de la ciudad. El juicio, para todos, se celebrará en breve.

La terminología de bandas latinas viene de los orígenes del movimiento pandillero, aunque ahora se ajustaría mucho mejor hablar de bandas juveniles. Los miembros son jóvenes, muy jóvenes en algunos casos, y aunque se cuenta con gente procedente de países latinoamericanos, hay muchos españoles. Y ahora, además, están entrando las segundas generaciones, explica el responsable policial.

Su actividad delictiva está vinculada a las amenazas, las lesiones, el uso de armas y todo lo que sirva para asentar el poder en un territorio y conservarlo. El tráfico de drogas no es su actividad principal, lo usan para sufragar sus gastos, al menos así se ha visto en Burgos. Las bandas latinas se han vuelto mucho más sigilosas, lo que dificulta aún más la investigación policial.

Aunque se tenga constancia de la existencia de una banda, por el reguero de peleas, enfrentamientos y heridos que deja, es complicado pillar a sus miembros (en especial, el limitado grupo que las dirige). No hay chivatos, no hay denuncias, nadie habla, y puedes tener una víctima de un ajuste de cuentas, pero no va a ofrecer ningún dato, porque se expone prácticamente a la muerte.

«Son muy peligrosos. Por suerte en Burgos no hemos tenido ningún muerto, pero sí agresiones graves que podrán haber acabado muy mal». Las bandas latinas se crean con fines de autoprotección, frente a otros grupos o contra la sociedad. En España hay clasificados más de 80 tipos de bandas. En Burgos cuajaron los Latin Kings, aunque se ha contado con presencia de miembros de otros grupos, pero sin poder de banda.

Pese a la tranquilidad que se vive ahora en Burgos, la Brigada de Información no baja la guardia, como no lo hace la policía ante ningún tipo de actividad delictiva. «Hay que tener la certeza de que este tipo de delincuencia no la vamos a cercenar de raíz», explica el responsable policial, pero hay que intentar controlarla para evitar que ocurra lo mismo que en Madrid.