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El llamamiento se hizo en junio, con la vista puesta en el verano, cuando los pueblos se llenan de visitantes que pueden rebuscar en desvanes, baúles y armarios y rescatar sus tesoros fotográficos. Y ha sido un éxito. La Universidad de Burgos ha recibido alrededor ... de 500 instantáneas, llegadas de diferentes puntos de la provincia, para conformar un banco de imágenes del medio rural.
El proyecto nace de la colaboración entre la UBU y la Diputación de Burgos, a través del convenio que dio lugar a la Cátedra de Etnografía y Estudios del Medio Rural, dirigida por el profesor Ignacio Fernández de Mata y con el también profesor Óscar Melgosa como secretario. Es precisamente él quien está recibiendo las fotografías, dando los primeros pasos en la labor de recopilación.
La idea surgió de la propia experiencia docente de Óscar Melgosa, dentro del Máster de Patrimonio y Comunicación, donde imparte una asignatura que sirve a los alumnos para conocer el mundo rural. «Explicamos qué es un trillo, qué es aventar o la diferencia entre una vaca y buey», indica. Y hace un experimento sociológico, que ha dado resultados muy interesantes.
«A medida que llegan las nuevas generaciones crece el abismo entre el mundo urbano y el mundo rural»; los más jóvenes desconocen cómo vivieron sus abuelos, cómo se vivía en los pueblos de Burgos (y de toda España) unas cuantas décadas atrás. Y, por ese motivo, para evitar esas rupturas de conocimiento entre generaciones y para proteger el patrimonio rural ha surgido la iniciativa.
Consiste en que los burgaleses compartan sus fotografías antiguas, esas que muestran cuál era la vida tradicional del medio rural. Si bien no van a rechazar ninguna imagen, buscan instantáneas que abarquen un periodo de tiempo concreto: desde la aparición de la fotografía hasta los años '70 u '80, cuando se produce el último éxodo rural y cambian drásticamente los pueblos.
Los interesados en colaborar solo tienen que mandar las fotografías escaneadas, para que el equipo de Fernández de Mata y Melgosa las recopile y las clasifique. Una parte de la información de la ficha la dan los propietarios, que deben aportar una descripción de la imagen, fecha, lugar, nombre de las personas y cualquier otro dato que consideren de interés.
Óscar Melgosa insiste en que, ahora, están en pleno proceso de recepción de imágenes, pero que intentarán sacar becas dentro de la propia cátedra para que los estudiantes interesados puedan realizar sus trabajos de fin de grado o máster y, así, proceder a la clasificación de las fotografías. A partir de ahí se creará el banco de imágenes, que será de acceso libre.
Estará abierto tanto a investigadores y expertos como a ciudadanos de a pie. «Es una forma de conservar el patrimono rural, que en muchas ocasiones se está perdiendo en desvanes, maletas o casas que se cierran». También una forma de compartirlo. Y ese medio millar de imágenes que han recibido en estas primeras semanas muestran ya la riqueza del proyecto.
Muchos son retratos familiares, del ciclo de la vida (bodas, bautizos...), pero también hay imágenes sobre las fiestas de los pueblos y las romerías. Y, sobre todo, instantáneas sobre el trabajo en el campo y los oficios antiguos, pues la mayoría fueron tomadas por aquellos que se fueron a la ciudad y volvían cada verano a pueblo, cámara en mano, a retratar la vida de sus familias.
Es ahí donde se puede ver que la evolución de los pueblos y su modernización no ha sido homogénea. Mientras en algunas localidades ya se había mecanizado la agricultura, y hasta las fotos eran en color, en otras se seguía trabajando con una pareja de bueyes o vacas. También cómo ha cambiado nuestra vida en menos de cien años.
El proyecto busca recabar cuantas fotografías sea posible, tanto de Burgos como de territorios limítrofes. Óscar Melgosa recuerda que el modo de vida en tierra de pinares ha sido (y es) el mismo en Burgos que en Soria. Y un poco pasa igual en las zonas limítrofes de Palencia y Burgos. Pero también reciben fotos de otras provincias, y sirven para comparar.
Entre esas 500 instantáneas que ya han recibido hay algunos «tesoros», como varias fotografías de 1920, de los principios del arte fotográfico y que han viajado por el mundo. Su propietario se fue a Cuba durante la Guerra Civil, y se las llevó con él, pero las fotos volvieron en algún momento a España y las ha compartido un sobrino nieto.
También han vivido momentos emotivos. Cuando lanzaron la iniciativa, en la página web de la UBU colgaron algunas imágenes. Entre ellas, una en la que se veía a una mujer mayor, con su pañuelo negro y toda de negro, sentada a la puerta de una casa hilando. Junto a ella, un niño con una pelota. Este niño se ha puesto en contacto por la UBU, emocionado, para agradecerles el trabajo que hacen y decirles 'ese soy yo y esa era mi abuela'.
Óscar Melgosa agradece a todos los que, hasta el momento, han colaborado con el proyecto, pues están contribuyendo a proteger el patrimonio de la provincia. Para los que estén interesados en sumarse, solo tienen que enviar las imágenes escaneadas al correo electrónico catedraetno@ubu.es, con la información sobre la imagen.
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