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El proyecto arqueológico impulsado en Castrillo Mota de Judíos para desentrañar la historia del municipio a través del asentamiento judío de La Mota avanza. La última campaña de excavaciones, realizada entre finales de agosto y principios de noviembre, ha permitido arrojar luz sobre algunos ... de los hallazgos realizados en temporadas anteriores. Se ha conseguido información interesante sobre la que seguir trabajando para conocer las características de este asentamiento, que estuvo ocupado entre 1035 y 1311.
La excavación, realizada por la empresa Patrimonio Inteligente a través de un contrato con la Junta de Castilla y León por valor de 47.843 euros, se había diseñado para avanzar en el conocimiento de la organización interna del asentamiento, así que los trabajos se han desarrollado en siete sectores diferentes. Y dos han sido los resultados más interesantes: la documentación de un edificio relevante en la parte más elevada, la conocida propiamente como La Mota, y la ausencia de un cerco perimetral que pudiera cumplir funciones defensivas o de delimitación.
El arqueólogo Ángel Palomino, encargado de la dirección técnica y científica junto con María Negredo, explica que han documentado restos de una edificación relevante, «que ha sido completamente desmantelada». La estructura ha sido saqueada en buena parte, pero por las dimensiones de los muros, extraídas a partir de las huellas que han dejado los cimientos, se evidencia que se trataría de un referente monumental dentro del asentamiento.
En concreto, se manejan varias hipótesis desde que tuviera una función defensiva o de control del territorio hasta que fuera un edificio de significado más simbólico, o incluso religioso. Sin olvidar la posibilidad de que se tratarse de una edificación propiedad de algún personaje relevante de la ciudad. Lo que sí muestra su existencia es que en el asentamiento de La Mota había «una clara jerarquización funcional», apunta Palomino, y serán los estudios posteriores los que puedan ayudar a determinar ante qué tipo de edificación nos encontramos.
Durante las semanas de trabajo se ha podido confirmar también que, pese a lo que inicialmente se pensaba, el asentamiento no contaba con una cerca que lo delimitara o defendiera ante posibles ataques. Los resultados de los estudios de georradar de 2017 llevaron a pensar que sí se contaba con esa protección perimetral pero el hecho de confirmar que no es así también aporta información de interés para entender cómo funcionaba el antiguo asentamiento.
Un asentamiento que, como evidencias los hallazgos que se van realizando, fue perfectamente plantificado. «No fue una ocupación precipitada, como cabría suponer de la expulsión que sufre la comunidad judía en el año 1035 al clausurarse la judería de Castrojeriz«, afirma Palomino, y pone como ejemplo la calle empedrada, que se localizó en las primeras campañas, y ahora se ha comprobado que tiene continuidad.
Además, en la parte inferior del cerro, en la zona más próxima al camino que viene desde Castrojeriz, por tanto en la periferia del poblado, se ha identificado un horno de tejas perteneciente a las fases iniciales de la ocupación -muy posiblemente del siglo XI-, «por lo que constituye uno de los ejemplos más antiguos de instalaciones de este tipo en contextos medievales castellanos», comenta Palomino.
El asentamiento judío de La Mota está en el origen del actual Castrillo Mota de Judíos, que si bien no se ubica en el cerro mismo sí lo hace en una zona muy próxima. La historia documentada habla de que el asentamiento se creó en 1035. Entonces, un enfrentamiento con el rey Fernando I de Castilla obligó a la comunidad judía de Castrojeriz a trasladarse al cerro de La Mota
El asentamiento se bautizó como Castrello, una denominación que acabó evolucionando a Castriello, y se mantuvo hasta que en 1311 se permitió a los judíos volver a Castrojeriz. Tiempo después, se creó el actual municipio y adquirió el nombre de Castrillo de Judíos (o Castrillo Mota de Judíos). Sin embargo, en el siglo XVI, bien por un error de transcripción bien por intereses políticos, Castrillo devino en Castrillo Matajudíos, nombre que se consiguió cambiar en 2015.
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