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El Real Valladolid CF SAD nació el 20 de junio de 1928, pero tiene una segunda fecha de cumpleaños. Fue el 29 de agosto de 1949 cuando quienes formaban el equipo blanquivioleta volvieron a nacer en Burgos, en Villafría, concretamente, después de que su autobús fuera arrollado por un tren de mercancías.
Aquel día los pucelanos volvían desde Pamplona de jugar un partido de pretemporada contra el Osasuna. El autobús pasaba por Villafría cuando fue arrollado por un tren en el paso a nivel. Era de noche y, minutos antes de las 2 de la madrugada del lunes 29, el autobús quedó empotrado en la parte delantera de un tren de mercancías que lo desplazó más de 150 metros.
Hace 75 años el Real Valladolid acababa la pretemporada en el campo de San Juan, donde jugaba el CA Osasuna en esa época. Los blanquivioletas se impusieron 0-3, con dos goles de Coque y uno de Revuelta, y volvían a casa para comenzar la temporada en Primera División el 4 de septiembre.
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Pero la expedición blanquivioleta no llegó a casa aquella noche. Fueron varias las voces de ese vestuario los que pidieron hacer noche en Vitoria, pero como no encontraron plazas de hotel para todos los expedicionarios optaron por regresar a casa después de cenar en Vitoria.
Y así emprendieron viaje, sin ninguna incidencia hasta entrar en la provincia de Burgos. Cuando el autocar llegó al paso a nivel de Villafría, apenas a ocho kilómetros de Burgos, se encontró con la barrera levantada, por lo que procedieron a cruzarla. El trazado del ferrocarril hacía antes del cruce con la carretera una curva que impidió que el maquinista o el conductor del bus pudieran ver al otro vehículo.
Y entonces ocurrió el impacto. El tren de mercancías, que iba hacia Miranda de Ebro, arrolló el autobús del Real Valladolid, al que desplazó más de 150 metros. Del pasaje del autobús blanquivioleta Mariano Martínez, ayudante del conductor, salió despedido del vehículo y cayó sentado en la plataforma de la máquina del tren hasta que el convoy paró.
A pesar de la gravedad del impacto, y contrariamente a lo que podría esperarse, Mariano Martínez solo tuvo rasguños y hematoma y había salvado la vida. Tras el impacto, los heridos fueron trasladados por diferentes medios a la Casa de Socorro de Burgos.
La noticia del arrollamiento llegó a la portada de los diferentes medios de comunicación el martes 30 de agosto de 1949. Desde El Norte de Castilla informaron de la noticia que durante la madrugada del lunes se había convertido en un fuerte rumor en la ciudad.
En la portada de esa edición se hablaba de que: «Todos los jugadores resultaron heridos y contusionados. Están graves el masajista, el encargado del material y el conductor». El secretario del club, don Victoriano Moreno, aseguraba a este periódico que: «Entre dos y media y tres de la madrugada, dando cuenta el aviso recibido de que el autocar del Real Valladolid había sido alcanzado por una máquina en el paso a nivel denominado Villafría, distante ocho kilómetros de Burgos. Inmediatamente, en unión del vocal señor Fernández San Antonio y del doctor Lozano, nos trasladamos al lugar del suceso, después de pasar por una serie de dificultades para encontrar en Valladolid coches, dificultad que se solucionó en la estación, donde nos facilitaron dos taxis, en unión de otros dos que don Gaudencio Gánela, puso a disposición del club».
Victoriano Moreno continuaba explicando lo ocurrido: «El autocar, aunque apenas penetró en el paso a nivel, fue alcanzado en su parte delantera, arrastrándote unos 150 a 200 metros, sufriendo el vehículo grandes desperfectos. La impresión producida entre los jugadores —la mayoría venían descansando- fue enorme. Según me informaron, les daba la impresión de ir cayendo por un terraplén. Nadie acertaba en medio de aquel confusionismo a abrir las puertas, y hasta hubo algún jugador que intentó arrojarse por las ventanillas. Pero la serenidad se impuso en todos. Barrios y Ayala, a pesar de encontrarse heridos de alguna gravedad, atendían solícitos y con gran energía a sus compañeros».
Los integrantes de la expedición blanquivioleta fueron trasladados «en una camioneta que pasaba por el lugar del suceso» hasta Burgos, donde fueron «solícitamente atendidos en la casa de Socorro y Cruz Roja de dicha capital». «Al tener conocimiento del accidente, el doctor don Tomás Rodríguez, persona destacada en los organismos deportivos burgalesas, se personó inmediatamente en los centros citados, auxiliando a los heridos de manera eficacísima, dando cuenta el mencionado doctor a la Federación Española de Fútbol del suceso».
Además, y según informaba El Norte de Castilla, nada más producirse el accidente, Ernesto Llames, «que sufría 'herida en región parietal izquierda de ocho centímetros de extensión y erosiones en ambas piernas', se acercó a buscar al encargado del paso a nivel para que comprobase que estaba abierto, pero no encontró a nadie. Luego se supo que aquel, al darse cuenta del terrible accidente, había huido a través de unos huertos cercanos. Lo detuvo la Guardia Civil a las diez de la mañana».
Eugenio Ayala Sáez, masajista del equipo, fue el herido de mayor gravedad. Ayala sufrió una subluxación de rótula de pierna derecha, una herida contusa en región parietal con sección de arteria temporal superficial saturada y una herida en mano izquierda. A pesar de ello, atendió al resto de heridos. Eso provocó que su estado empeorase: «El shock hemorrágico que padece el señor Ayala fue debido, según las informaciones de los demás lesionados, a que hasta que no sufrió un síncope de anemia siguió asistiendo a todos los accidentados sin haberse atendido él mismo de su lesión», se lee en el parte médico que, firmado por Antonio Ximénez de Torres y Pablo Hernández Redondo, según publicó El Norte de Castilla.
A pesar de que el parte médico reflejaba que toda la plantilla se había visto afectada en menor o mayor medida el milagro fue que no se produjera ningún fallecido. El Real Valladolid solicitó a la Federación Española de Fútbol y el Atlético de Madrid aplazar el primer partido de liga, que debería haberse jugado el 4 de septiembre y lo trasladaron al 27 de diciembre, en pleno parón navideño.
El Valladolid jugó su primer partido oficial en Nervión frente al Sevilla, partido en el que se impusieron los blanquivioletas (2-3). Y es que los pucelanos comenzaron la temporada con un accidente que pudo haber sido una auténtica desgracia, pero la acabaron como novemos clasificados en Liga y jugando la final de la Copa, ante el Athletic de Bilbao.
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