Se han cumplido las expectativas. La vendimia de 2018 en la Denominación de Origen 'Arlanza' se ha cerrado con 880.000 kilos de uva recogida, a falta de las últimas anotaciones, duplicando así la cosecha del catastrófico 2017, cuando se produjo una importante caída ... en la producción. José Ignacio Marqués, director técnico de la DO destaca la calidad de la uva, «muy buena», así que las expectativas también son optimistas en cuanto a los vinos, que ahora están en manos de los bodegueros.
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Hace una semana que dejó de entrar uva en las bodegas, ha explicado Marqués, librándose así la temporada de las lluvias, las heladas y la amenaza de nieve de los últimos días. No habría sido raro, sin embargo, que en Arlanza estuvieran cosechando con nieve en la Fiesta de Todos los Santos, ha reconocido el director técnico, tras recordar que la DO es una zona vitivinícola «heroíca», como bien lo demuestra también la presente campaña.
El año ha sido complicado, desde el punto de vista meteorológico, pero nada parecido a lo ocurrido en 2017. Las lluvias de finales de primavera llenaron el suelo de reservas de agua, pero también fueron tan abundantes que impidieron la entrada en los viñedos para el tratamiento contra enfermedades producidas por exceso de humedad. Así, en algunos viñedos se ha tenido que luchar con el mildiu, que finalmente ha sido más grave de lo que inicialmente se prevía.
Además, las heladas del 1 de mayo y del 13 de mayo, con temperaturas de dos grados negativos, también diezmaron algunas cosechas y dañaron viñedos que estaban recuperándose de las heladas del año anterior. A todo elo se suma que, si bien el suelo ha contado con reservas de agua, ha llegado octubre sin lluvias, y algunas plantas bloquearon su desarrollo en el mes de agosto. Con todo, y dado el espíritu «heroíco» de la DO Arlanza, la cosecha ha sido buena y de gran calidad.
La uva ha madurado en condiciones, favorecida por el tiempo, con dos fases. Durante la primera quincena de octubre, con altas temperaturas, se ha acelerado la madurez tecnológica, con buen equilibrio de azúcares y acidez. Así, los vinos rosados y blancos serán equilibrados. Mientras, en la segunda quincena, con la bajada de temperaturas, se ha producido una acumulación de sustancias aromáticas y una madurez fenólica en condiciones, por lo que los tintos también serán de calidad.
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Eso sí, el caldo resultante de la cosecha de 2018 está en manos ahora de los bodegueros. Es muy pronto para aventurar una calificación de la cosecha, pero Marqués recuerda que con una uva mala nunca saldrá una cosecha buena, y la uva de este año es muy buena, de ahí que las expectativas también sean buenas. Lo empezaremos a saber a finales del año, con suerte, si empiezan a aparecer blancos y rosados.
Esa es la verdadera fiesta de la uva, apunta el director técnico, pues la presentación de los caldos aglutina el trabajo de todos los que están implicados en la DO Arlanza. Actualmente, la denominación abarcar 17 bodegas entre Burgos y Palencia, con 320 hectáreas de viñeados. «Se ha estancado», pues antes de la crisis llegaron a contar con 450 hectáreas, pero Alranza sigue creciendo con fuerza en las ventas.
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