A partir de hoy, el viaje por carretera entre Burgos y Aguilar de Campoo es un poco más sencillo y rápido. Y es que, esta misma mañana ha entrado en servicio el nuevo tramo de la A-73, ubicado entre la localidad burglaesa de ... Pedrosa de Valdelucio y la localidad palentina de Báscones de Valdivia. Ha sido la propia ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, la encargada de cortar la cinta y presidir la puesta en servicio del nuevo tramo.
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Un tramo que ya presentaba desde hace días la imagen de una autovía plenamente operativa, aunque aún sin tráfico. Tras el impulso ejercido durante los últimos meses, la carretera está asfaltada, la señalización vertical está debidamente instalada, el sistema de drenaje ya está concluido, los accesos están ejecutados y los diferentes elementos de seguridad están operativos.
Así, lo único que faltaba por ejecutar eran pequeños detalles, que los operarios se han afanado en culminar a lo largo de las dos últimas semanas, sobre todo en las infraestructuras complementarias a la propia autovía.
El nuevo tramo cuenta con 12 kilómetros de longitud y está valorado en 50,2 millones de euros. Su apertura permite acortar el viaje hasta Aguilar en aproximadamente cinco minutos. Además, mejora sustancialmente las condiciones de circulación por la zona, permitiendo que los vehículos abandonen la N-627 durante un puñado de kilómetros. Precisamente, días atrás, un hombre perdía la vida en la N-627 tras colisionar frontalmente contra un camión que circulaba en sentido contrario.
El nuevo tramo de la A-73 cuenta con un total de 9 grandes estructuras, levantadas ya tiempo atrás, que permiten salvar varios cruces de la autovía con la propia N-627 y conectar con las localidades del entorno, salvando caminos y carreteras comarcales. También cuenta con los correspondientes caminos de servicio paralelos y con todo lo necesario para la circulación de alta densidad.
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La puesta en servicio de este nuevo tramo, que se ha retrasado algunas semanas respecto a las últimas previsiones (meses atrás se hablaba de finales de septiembre), llega ocho años después de que se abriera el primer tramo (y hasta ahora único) de la autovía A-73, que arranca en la circunvalación de Burgos y muere en Quintanaortuño. A partir de ahí, el viaje hasta Aguilar debía hacerse por la N-627, una vía de un único carril por sentido. Ahora, al menos, se salvan otros 12 kilómetros.
Con todo, con la apertura del tramo entre Pedrosa de Valdelucio y Báscones de Valdivia sólo se ha dado un paso en la ejecución total de la autovía, cuya conclusión se antoja aún muy lejana. No en vano, todavía quedan cuatro tramos pendientes de ejecutar para completar los 70,7 kilómetros previstos. Y su construcción va para largo.
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Ahora mismo, el que mejores perspectivas presenta es el tramo entre Quintanaortuño y Montorio, quizá el más complejo técnicamente. Se trata de un tramo de 11,7 kilómetros que dará continuidad al ya operativo desde 2013 y deberá salvar el complicado cruce de Ubierna antes de enfilar hacia el noroeste camino a Aguilar.
Según confirman fuentes del Ministerio de Transportes, el tramo, aprobado inicialmente tiempo atrás, está ya «en fase de redacción del proyecto de construcción» después de solicitar al Ministerio de Transición Ecológica una ampliación del plazo de caducidad de la Declaración de Impacto Ambiental. El objetivo, en este sentido, pasa por concluir cuanto antes la redacción del proyecto y, a partir de ahí, comenzar a mover tierra antes de finales de 2023.
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En una situación más complicada se encuentran los otros tres tramos pendientes para completar la A-73 (Montorio - Santa Cruz del Tozo, Santa Cruz del Tozo – Pedrosa de Valdelucio y Báscones de Valdivia - Aguilar de Campoo). Todos ellos requieren de una «actualización de los proyectos» después de que estos caducaran años atrás al no haber movido ni una piedra durante todo este tiempo.
Los dos primeros, conectados entre sí, suman una longitud de 31,4 kilómetros, es decir, casi la mitad de la totalidad de la autovía. El tercero, ubicado por completo en territorio palentino, es el más corto (5,7 kilómetros), pero también destaca por su complejidad, al ser el enlace directo, no sólo con Aguilar de Campoo, sino con la A-67.
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En este sentido, sobre la mesa de trabajo del Ministerio está la propuesta lanzada por el anterior ministro, el 'popular' Íñigo de la Serna, quien apenas unos meses antes de que prosperara la moción de censura contra el Gobierno de Rajoy presentó en Burgos el plan desarrollado en ese momento para ejecutar de un plumazo todos los tramos pendientes a través de un único contrato de concesión, a imagen y semejanza de lo realizado años atrás para el tramo de la A-1 entre Burgos y Santo Tomé del Puerto.
Dicho plan quedó en suspenso con el cambio de Gobierno, pero el propio PP ha instado en numerosas ocasiones al Ejecutivo central a que retomara la fórmula de la concesión para agilizar la construcción de los tramos pendientes y completar así una autovía que acumula años de retraso.
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En todo caso, de momento habrá que conformarse con la apertura del tramo entre Pedrosa de Valdelucio y Báscones de Valdivia.
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