La de 2018 no será una cosecha de récord, al menos en Burgos. Así lo aseguran las organizaciones agrarias, que se muestran mucho más prudentes en sus previsiones que los responsables de la Consejería de Agricultura de la Junta de Castilla y León. Unas ... previsiones que apuntaban hacia la mejor cosecha de los últimos cinco años en la comunidad y que parece que en Burgos no será tal.
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Y no lo será, según las organizaciones agrarias, porque las condiciones meteorológicas aquí han sido más complicadas que en el resto de la comunidad. En este sentido, Félix Arribas, presidente de UCCL Burgos, reconoce que no ha sido el año idóneo. La escasez de lluvias tras la siembra condicionó el crecimiento inicial del cereal, que semanas después recibió la tan ansiada agua. Sin embargo, no dejó de llover y eso ha acabado afectando de lleno a los cultivos, que en muchos casos todavía están húmedos. De hecho, esta circunstancia ha obligado a retrasar más de quince días el inicio de la cosecha en muchas zonas de la provincia.
A mayores, ese exceso de agua ha traído consiguo algunas plagas y hongos. «Los tratamientos han funcionado muy mal», explica Gabriel Delgado, de UPA, quien no se aventura, por el momento, a hacer predicciones. «Es muy atrevido hablar a estas alturas de la cosecha en Burgos, poruqe ni siquiera se ha empezado a cosechar en condiciones. De momento, se está picoteando y parte del grano que está saliendo está todavía húmedo», insiste.
En todo caso, y aún a riesgo de parecer «pesimista», Delgado duda de las previsiones de la Junta. «Quizá en otras provincias sí que haya una cosecha récord, pero en Burgos no», sentencia el responsable de UPA al tiempo que insiste en que «hasta que el grano no esté en los almacenes no se podrá saber cómo ha ido». Será entonces cuando se pueda valorar una cosecha cuyo resultado, como siempre, «irá por barrios». «Habrá tierras que den muy buen resultado y otras que no».
Sea como fuere, tanto Arribas como Delgado coinciden en destacar el daño que ha provocado el pedrisco en buena parte de la provincia. Y es que, en las últimas semanas «no ha habido tormenta sin granizo» y eso ha afectado de lleno a multitud de tierras de cultivo a lo largo y ancho de la provincia. De hecho, a día de hoy siguen llegando los partes de Agroseguro, por lo que se desconoce el volumen concreto de hectáreas afectadas, aunque en algunos momentos se ha llegado a hablar de más de 100.000 en toda la provincia.
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Paralelamente, los agricultores se mantienen a la expectativa de la evolución de los precios del cereal, que no deja de ser uno de las proincipales variables para determinar la rentabilidad de las explotaciones. Por el momento, el poco grano que está llegando a los almacenes lo está haciendo «sin precio», aunque no se espera un gran rendimiento económico.
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