La empresa burgalesa reconoce «miedo» ante la situación de incertidumbre que se vive por la salida del Reino Unido de la Unión Europa, el Brexit, pues todavía no se ha llegado a un acuerdo entre las partes implicadas. Desde la directiva de FAE, Ignacio ... San Millán asegura que el Brexit puede ser la puntilla que «remate» la economía burgalesa tras un año muy duro, pero también admite que «Burgos puede salir favorecida» si sabemos jugar bien nuestras cartas.
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Hay una oportunidad que se debe aprovechar y es la situación estratégica del Centro de Transportes Aduana de Burgos. Sea cual sea el acuerdo al que lleguen Reino Unido y la Unión Europea (y más aún si no hay acuerdo), los productos que salgan de España deberán pasar los correspondientes trámites aduaneros para entrar en el Reino Unido. Y el objetivo es conseguir que los productos hortofrutícolas enviados desde el sur de España hagan escala en Burgos para realizar esa tramitación, en lugar de hacerla en Irún o en Francia, por ejemplo.
San Millán recuerda que la Aduana de Burgos ya cumplía esos cometidos antes de que se abrieran las fronteras entre los países europeos. Ahora, «vamos a ver si somos capaces de captar ese tráfico aduanero» desde el sur del país, para lo cual se necesita la implicación de las administraciones. Y parece que hay voluntad. San Millán admite que la Subdelegación del Gobierno está realizando las oportunas gestiones para que la Aduana de Burgos recupere esas funciones perdidas.
También se necesita más personal y flexibilizar los horarios, para que la Aduana tenga la capacidad suficiente para recepcionar las mercancías y tramitar su salida hacia Reino Unido. Además, el presidente de FAE, Miguel Ángel Benavente, recuerda que el Centro de Transportes dispone de almacenamiento refrigerado, clave para productos hortofructícolas como los que llegarían desde la zona sur. «Existe una oportunidad y hay que aprovecharla», ha insistido Benavente.
Mientras, incertidumbre entre el empresariado burgalés. Ignacio San Millán recuerda que el Brexit tendrá como consecuencia un encarecimiento del coste de los productos. Aun cuando se pacte una salida, habrá aranceles mínimos. La situación será peor si la salida es brusca, matiza. Pero, pase lo que pase, la existencia de aduanas ralentizará los envios y aumentará lo gastos de tramitación, que repercutirán en el precio de los productos.
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Entre el empresariado esperan que haya un acuerdo y que, a partir del 1 de enero, se cuente con un periodo de cuatro meses para regularizar las relaciones comerciales. Ignacio San Millán reconoce también que la balanza comercial burgalesa es positiva, pues se exporta más de lo que se importa, pero aun así habrá afección económica a las producciones de las empresas de Burgos.
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