El alcalde de Burgos, Daniel de la Rosa, avanzó días atrás que Adif prevé entregar definitivamente la obra de la línea de Alta Velocidad entre Venta de Baños y Burgos a finales de este mes de mayo. Y parece que, esta vez sí, la ... previsión se cumplirá. No en vano, tras la conclusión de las obras, Adif ha ido desarrollando las diferentes pruebas de circulación y encara ya la recta final del proceso.
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Así, a lo largo de las últimas semanas se han llevado a cabo los recorridos de fiabilidad, que se acometen una vez se considera que la infraestructura está en condiciones similares a las de explotación y sus recorridos se encajan en el esquema de futuros horarios de trenes comerciales.
«Se trata de recorridos previos a la explotación comercial que permiten calibrar el grado de maduración de las instalaciones y comprobar su fiabilidad. A su vez sirven para ajustar y comprobar los tiempos de recorrido, en materia de puntualidad», explican desde Adif.
Así, se han realizado más de 80 circulaciones entre Venta de Baños y Burgos, empleando material rodante de las series S-112 (ancho estándar) y S-730 (ancho variable, con pasos por el cambiador de Burgos).
Con estos recorridos se comprueba la fiabilidad de tres subsistemas (Infraestructura, Energía y Señalización) siguiendo la recomendación la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria (AESF), y forma parte de los procesos previos a la puesta en servicio del tramo.
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Una vez hayan concluido de forma satisfactoria estas pruebas, Adif Alta Velocidad entregará definitvamente la línea para que Renfe comience a desarrollar sus recorridos de formación para los maquinistas. En este sentido, el alcalde insistió días atrás en que el objetivo de Renfe pasa por empezar a comercializar la línea «dentro del primer semestre» del año.
La nueva línea, cuya ejecución y puesta en servicio acumula numerosos retrasos, consta de 87,25 kilómetros de vía y ha supuesto una inversión de 730 millones de euros. Dispone de vía electrificada de ancho estándar o UIC (1.435 milím), con carril de 60 kilos por metro que va colocado sobre una plataforma de 14 metro de anchura.
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El proyecto incluye la adaptación del sector oeste de la variante ferroviaria de Burgos, que permitirá la llegada de la alta velocidad en ancho estándar hasta la estación de Burgos-Rosa Manzano. Para ello, el cambiador de ancho que se ha construido en la terminal burgalesa permitirá la conexión de la nueva LAV con la línea convencional Madrid-Hendaya, extendiendo los beneficios del nuevo tramo de alta velocidad al norte de la provincia de Burgos y País Vasco.
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