Abril no va a ser fácil de olvidar en Burgos. Ha sido un mes cálido y seco. Ha marcado dos récords históricos, uno en las mínimas y otro en las máximas, que ha acabado con una impresionante tormenta de granizo que ha causado serios daños ... en las comarcas Odra-Pisuerga y Arlanza, pero sin servir para paliar la grave sequía que arrastramos.
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Los efectos del cambio climático se siguen notando, también en Burgos, pues los registros meteorológicos continúan siendo anómalos. Es decir, se elevan las temperaturas y escasean las precipitaciones. Un mes más, la temperatura media con la que se cierra está por encima de los valores habituales, una anomalía ya preocupante.
Los datos provisionales de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) apuntan a que Burgos capital ha cerrado abril con una media de 11,4 grados. La cifra está casi tres grados por encima de los 8,6 que representan el promedio normal, conforme a los datos del periodo de referencia 1991-2020.
Esos 11,4 grados son la segunda media más alta de la última década. Coinciden con la cifra de 2014 y están ligeramente por encima de los 11,2 que se alcanzaron en 2020. Eso sí, todavía no llega a los 12,2 que se consiguieron en 1945, y que marcan el récord histórico ofrecido por la estación meteorológica de la capital.
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Patricia Carro
Es precisamente ese año, el 1945, el que ostentaba la máxima más alta registrada en Burgos. Fueron 28 grados y se alcanzaron el 19 de abril. Sin embargo, el 2023 le ha quitado su récord. El viernes 28 los termómetros de la capital subieron a los 29,8, un calor más propio del verano que de la primavera, aunque lo que llama la atención son esas medias diarias.
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Ha habido días que se han cerrado con 18 grados de temperatura media, y otros que han superado los 15. La temperatura media más baja se registró el 3 de abril, con 5,5 grados, justo en los días más fríos que ha tenido el mes. La mínima más baja fueron los 6,9 negativos del 5 de abril, un récord que desbanca los 6,2 bajo cero del 6 de abril de 1975.
Todo este calor ha llegado sin lluvias, de modo que abril también ha sido uno de los más secos desde que hay registros. En la capital se han acumulado unos escasos 15,4 litros. Las tormentas del sábado no dejaron lluvias de relevancia en la ciudad, pese a que en algunas zonas de la provincia se alcanzaron los 40 litros por metro cuadrado en media hora.
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El dato más bajo de la última década se registró en 2013, con 13 litros por metro cuadrado; y en 2014 se quedaron en 15 litros. Nada que ver con los 126,8 que se recogieron en 2016 por ejemplo, ni con los 164,3 litros que marcan el histórico (en 1988), pero tampoco con los 61 litros que suelen ser habituales.
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Aythami Pérez Miguel
Aythami Pérez Miguel
De este modo, el dato acumulado del año sale a deber en agua. Sumando enero, febrero, marzo y abril nos quedamos en 94,4 litros por metro cuadrado, cuando lo normal son 174 litros. El pasado año, que ya por estas fechas se hablaba de sequía, llevábamos 151 litros, así que la deuda de 2023 es preocupante.
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Y parece que no esperan lluvias a corto plazo. De momento, el mes va a arrancar con nueva subida de las temperaturas. Para este lunes todavía predominarán las nubes, con alguna llovizna leve, y máximas en torno a los 20 grades. Sin embargo, el martes los termómetros vuelven a los 26 y 28, y rondarán los 30 el miércoles. Y sin agua.
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