Las diez noticias imprescindibles de Burgos este lunes 20 de enero
Los militares 'patrullaron' las calles de la ciudad para comprobar que el confinamiento domiciliario se cumplía. RRH

Así fue 2020, cronología de la pandemia en Burgos

Gloria Díez

Burgos

Viernes, 1 de enero 2021, 09:14

La pandemia de coronavirus eclosionó en la provincia el día 1 de marzo, cuando ingresaba en el hospital Santiago Apóstol de Miranda el primer paciente aquejado de covid-19 confirmado, un hombre de 52 años de edad residente en Haro que se contagió en ... un funeral celebrado días antes en Vitoria.

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Él fue el primero, pero no sería el último. En los días posteriores se notificaron varios contagios más, vinculados al mismo funeral y a una enfermera del HUBU. Y a partir de ahí, se desataba la emergencia sanitaria en cascada en Burgos.

Día a día se notificaban nuevos casos y la preocupación iba creciendo. El día 9 dos positivos detectados en el colegio de Anduva en Miranda de Ebro obligaban a clausurar tres aulas, después cerraría todo el centro y la ciudad del Ebro sería la primera localidad declarada como Zona de Contención Reforzada en la provincia. El día 12 se decretaba la cuarentena social en Burgos y el alcalde, Daniel de la Rosa, blindaba la capital. La pandemia se había descontrolado en cuestión de días y prácticamente toda la actividad administrativa e institucional quedó suspendida.

Primeros días de confinamiento domiciliario en Burgos con la UME controlando las principales vías de la capital. GIT

Los hospitales iban llenándose de enfermos covid, obligando a adaptar a contrarreloj sus instalaciones y el día 13 se notificaba la primera muerte con coronavirus en Burgos, la de una octogenaria en el hospital de Miranda. Así llegó el estado de alarma, una de las épocas más oscuras de la historia reciente de España. Los ciudadanos pudieron contemplar el despliegue de las fuerzas de seguridad, para controlar el cumplimiento del confinamiento domiciliario, que se prolongaría hasta junio. Quedaban para la posteridad imágenes nunca vista en Burgos durante décadas, las del ejército tomando las principales vías de los municipios y ciudades burgalesas.

Los meses en los que estuvo en vigor el confinamiento domiciliario y cancelada toda actividad no esencial, estuvieron también marcados por la esperanza. Esta se manifestó cada día a las 20 horas en las ventanas y balcones, con aplausos incesantes a los sanitarios y música para recordar que, a pesar de todo, los vecinos resistirían.

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Abril fue el mes más negro de la primera ola, con récord de contagios y de defunciones a causa de la covid y en mayo la curva comenzó a doblegarse en la provincia, aunque la unidad de críticos del HUBU permanecía en los niveles más altos de ocupación de su historia.

La actualidad dejaba imágenes insólitas como los entierros de fallecidos con covid, realizados con las máximas medidas de seguridad. APM

El verano fue un oasis tras el levantamiento del estado de alarma y la provincia apenas registró contagios ni decesos, hasta que en agosto volvió a descontrolarse la situación epidemiológica y Aranda de Duero fue declarada zona de transmisión comunitaria y confinada por segunda vez, obligando también al cierre de la hostelería. Esta decisión de la Junta de Castilla y León no tuvo buena acogida entre la sociedad, que comenzó a manifestarse pidiendo ayudas directas para autónomos y pymes, especialmente para los negocios relacionados con la hostelería que empezaron a exigir que les permitieran trabajar.

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Con pocos días de diferencia Miranda de Ebro vivió la misma situación, con un aumento exponencial de los nuevos contagios, Sanidad tomó la determinación de cerrar perimetralmente la ciudad y de restringir la actividad dentro la localidad.

La segunda ola se declaró en octubre y fue más mortífera que la primera en Burgos, el mes se cerraba con alrededor de 6.000 casos sospechosos bajo vigilancia y más de 200 ingresos en los hospitales (una treintena en la UCI), la mayoría en el HUBU. Burgos sería una de las zonas más castigadas en otoño, con medidas extraordinarias de contención y con el cierre de toda la hostelería en el mes de noviembre, el que ostenta el triste récord de muertes covid con 156 fallecimientos en los hospitales.

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Cribado masivo realizado en Burgos en noviembre. Ricardo Ordóñez / ICAL

También en noviembre se realizaron los cribados masivos con test de antígenos. Primero en Aranda, con la participación de 12.000 vecinos a lo largo de un fin de semana y, después, ante el preocupante incremento de casos, en la capital, donde se prolongó durante ocho días. Más de 43.000 burgaleses se sometieron a la prueba, que permitió aislar a más de 200 positivos. Sin embargo, muchos sectores se cuestionaron la utilidad de estas pruebas al no contar, sobre todo en el caso de Aranda con 38 contagios detectados, con una valoración concluyente.

La provincia se acercaba a la clausura del año en el máximo nivel de alerta, el cuatro, con limitación de aforos y de reuniones aunque con alivio de las medidas en los días más señalados de la Navidad.

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El día 26 de diciembre llegaba el momento más esperado, las primeras vacunas entraban en España desde Bélgica con un importante operativo de seguridad y pasaban la noche en Lerma antes de ser distribuidas a distintos puntos del país. El año 2020 se despedía así en Burgos cargado de esperanza para el 2021.

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