Entierran más de 52.000 kilos de materiales con amianto en Burgos este año

Y lo que queda. «Ahora mismo es utópico pensar en eliminar todo el amianto. No podría fijar un horizonte», apunta Sonia López, del Área de Seguridad y Salud Laboral de la OTT de la Junta de Castilla y León. Aun así, las empresas y particulares burgaleses se empiezan a concienciar con el paso de los años sobre la necesidad de retirar los materiales con amianto de sus edificios. «Ahora mismo no es obligatorio.

No existe una obligación de retirarlo pero, a lo mejor, no hacer esas operaciones pequeñas ahora podría conllevar a que la inversión sea superior», desgranan desde la Junta de Castilla y León.

Las estadísticas avalan ese interés por eliminar un material, que tuvo su 'boom' entre los setenta y ochenta y cuya prohibición se instauró en España en 2002 al declarase cancerígeno. «Este año ya se contabilizan 240 intervenciones, además el número de empresas inscritas sigue aumentando.

Este año, hay cuatro nuevas. De esta forma, 11 empresas de Burgos han presentado planes de retirada en 2021, mientras otras 21 han hecho lo propio pero con empresas fuera de la provincia», añade López, que detalla la forma en la que se trabaja para la retirada de este producto.

«Hay dos formas de trabajar. Con planes específicos y planes generales. El específico abarca un trabajo concreto y el general engloba más intervenciones. Y todo esto lo tiene que presentar empresas especializadas para trabajar con esos materiales», añade.

De hecho, este 2021 se han presentado hasta la fecha 73 planes específicos, mientras que otros diez se han añadido a los planes generales en la provincia. «Cualquier operación se tiene que hacer con una empresa especializada. Ya sea la retirada, el mantenimiento o le traslado de residuos. Existe en la página web de la Junta un listado de empresas que es público y que se actualiza periódicamente. Además se puede llamar al 947 244 222 para consultar las dudas», explica López.

Aunque las cantidades que se retiran cada año van en aumento, aún queda mucho trabajo por completar como en los polígonos de Villalónquejar o Gamonal. «Solo con lo que se ve hay trabajo para una temporada. A eso hay que sumar lo que está oculto», afirma la responsable del Área de Seguridad y Salud Laboral de la OTT sobre un material que hace décadas se presentó como «casi maravilloso». «Es ignífugo, resistente... Era barato de producir y de colocar...», describe López.

Y una vez retirado, al vertedero. Las empresas lo embolsan, señalizan y lo entierran en vertederos especializados. Burgos no cuenta con ninguno en toda la provincia, por lo que se destinan a otros puntos. «No hay tratamiento actual para poder reciclar esas placas. Se entierran en zonas acotadas para este residuo. Se lleva a Valladolid, País Vasco... Cada empresa suele trabajar con diferentes vertederos, pero a veces cuesta encontrar vertedero que los acepte», recalca Sonia López, que también incide que a día de hoy no hay ninguna subvención para la eliminación de los materiales con amianto.