Álvaro Romero
Jueves, 20 de diciembre 2018, 12:02
Galicia se caracteriza por ser una de las comunidades autónomas más bellas de la geografía española, enclavada en el extremo noroccidental de la Península Ibérica exhibe entornos naturales mágicos, tanto de interior como de costa. Su riqueza natural aúna impresionantes bosques cruzados por multitud ... de ríos, además de playas salvajes de aguas cristalinas que contrastan y se intercalan con poderosos acantilados.
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La costa gallega cuenta con alrededor de 1.500 kilómetros, terreno repleto de belleza que invita a ser visitada, recorrida y degustada, pues la gastronomía que se ofrece en cualquier parte de su litoral es sencillamente exquisita. La presencia de rías embellece aún más el paisaje, afianzándose también como una fuente pesquera sin igual.
Conocer la costa gallega es un placer para los sentidos y un viaje para el recuerdo. Con esa idea ha nacido la Ruta de los Faros que, propone disfrutar de sus rincones uniendo las Rías Altas con las Baixas, la costa cantábrica y la atlántica por carretera. Realizando un total de 1.200 kilómetros para completar el itinerario o elegir entre alguno de sus ocho trayectos.
En este proyecto se han implicado 76 municipios de la costa gallega a través de los ocho Grupos de Acción Local del Sector Pesquero de Galicia (GALP), cuyo principal objetivo es potenciar la cocina local y las actividades turísticas organizadas por más de 250 profesionales del mar, la gastronomía y el turismo.
El trayecto, desde Ribadeo hasta A Guarda, pasa por más de 40 faros, ofreciendo vistas espectaculares y atardeceres de ensueño frente al mar. El tiempo parece pararse mientras los profesionales del mar trabajan entre el barullo de las cofradías, puertos pesqueros y lonjas.
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La Ruta dos Faros propone desplazarse por carretera. En coche, autocaravana, motocicleta o autocar, en cualquiera de estos medios es posible completar el recorrido que abarca concretamente 1.175 kilómetros, desde el límite con Asturias, hasta la frontera con Portugal, en cualquiera de las direcciones. También es posible realizar trayectos en bicicleta.
El invierno es una estación peculiar para visitar la zona, el tiempo suele ser ventoso y se puede contemplar cómo rompen las olas desde lo alto de los acantilados, todo un espectáculo de la naturaleza. Pasear por las playas mientras se escucha el ruido del mar y se observa la fauna local es otra de las bonitas experiencias que ofrece Galicia y ayuda a evadirse, desconectar y relajarse. Todo ello sin olvidar, por supuesto, degustar los maravillosos platos de temporada, basados en la excelente calidad del producto, el sabor y el buen hacer de sus gentes.
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Uno de los ejes esenciales de la Ruta dos Faros son las actividades marineras, experimentar en primera persona el trabajo diario de las gentes del mar y posteriormente degustar el pescado y el marisco. Es posible visitar bancos de marisqueo, puertos y lonjas, observar como cosen los aparejos de pesca o conocer los astilleros donde reparan los barcos.
Sus pueblecitos y aldeas marineras son el reflejo de ese día a día. Entre sus callejuelas se puede vislumbrar la historia de una región puramente pesquera labrada a base de tradiciones que han ido pasando de generación en generación hasta la actualidad. Unas costumbres que han moldeado la identidad de sus gentes, tan amables como trabajadoras.
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