Conociendo Toledo, la ciudad de las Tres Culturas

Se asienta en el centro de la Península Ibérica, a tan solo 30 minutos de Madrid. Una ubicación perfecta junto al cauce del río Tajo, donde el hombre encontró el lugar perfecto para instalarse desde tiempos inmemoriales. Elevada en la altura y con la protección del cauce del río, Toledo se desmarcaba como un emplazamiento defensivo perfecto desde donde vigilar el entorno y dominar el comercio entre el norte y el sur peninsular.

Toledo, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, mezcla la herencia de diferentes culturas y religiones. Estilos monumentales de todo tipo convergen en pocos metros cuadrados para orgullo de sus vecinos y disfrute de los turistas que llegan hasta allí procedentes de todas las partes del mundo.

Iglesias, sinagogas y mezquitas conviven en harmonía en la ciudad de las Tres Culturas, donde tres grandes religiones como la cristiana, la judía y la musulmana han sabido dejar lo mejor de sí mismas. Paradas obligatorias y ejemplo de ello son la Mezquita del Cristo de la Luz, la Sinagoga de Santa María La Blanca y la espectacular Catedral de Toledo. Un edificio grandioso, este último, que comenzó a construirse en el siglo XIII y es, a día de hoy, una de las imágenes más representativas de la urbe. Su espectacular fachada y su marcado estilo gótico hacen de ella uno de los puntos turísticos más destacados.

El carácter militar de Toledo se ve representado en monumentos importantes, obras de la talla del Alcázar, edificio simbólico que se emplaza en la zona más alta de la ciudad. Desde allí domina el entorno con una imagen imponente, gracias a sus cuatro fachadas, cada una con un estilo artístico distinto. A lo largo de su vida ha tenido diferentes usos, entre ellos: Academia de Infantería, Museo del Ejército o la actual Biblioteca Regional de Castilla-La Mancha.

El centro histórico de la ciudad es una auténtica joya, yace escotado por el río Tajo y por su recinto amurallado, de gran valor histórico y defensivo. La muralla que rodea el casco antiguo es de origen romano, pero su imagen actual es de obra de los árabes. Poseía numerosas puertas, algunas de las cuales todavía se conservan en perfecto estado, como la Puerta del Sol, la Puerta Bisagra y la Puerta del Cambrón.

En el interior del recinto el trazado urbano se muestra anárquico, con calles estrechas y sinuosas que transcurren inclinadas en dirección a la parte alta de la urbe. Allí, entre piedra, se hace fuerte la famosa Plaza de Zocodover, centro neurálgico de Toledo y enclave destacado, donde tienen lugar todo tipo de acontecimientos. Los bares y restaurantes extienden sus terrazas para regocijo de los presentes que pueden degustar allí la excelente gastronomía de la provincia.

La gastronomía toledana forma parte de la identidad de la ciudad. Todo aquel que pruebe sus recetas tradicionales encontrará una cocina mestiza, con influencias moriscas, sefarditas y cristianas, con platos típicos de buena calidad que están marcados también por tradiciones cazadoras y pastoras.

La riqueza de la comida toledana es variada, basada en productos locales, muchos de ellos obtenidos de los Montes de Toledo. Es tierra de importantes quesos, vinos y aceites. Los vinos de La Mancha riegan y combinan con la comida de Toledo. Al igual que el azafrán, presente en muchos de los platos típicos. Destacan elaboraciones como las gachas, las migas, el asadillo o el pisto manchego, además de platos como las carcamusas, el venado y la perdiz. En cuanto a dulces, la estrella es, sin duda, el mazapán.