Álvaro Romero
Jueves, 11 de abril 2019, 12:46
La cerveza es una de las bebidas fermentadas más antiguas de la historia de la humanidad, elaborada a partir de cereal enamora millones de paladares alrededor del mundo. Las primeras referencias provienen de Mesopotamia, concretamente de la civilización sumeria, quien dejó escrita la receta. Serían ... los egipcios quienes perfeccionarían la receta hasta hacerla indispensable en la dieta básica de sus ciudadanos, era sin duda la bebida nacional.
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En época romana y griega la cerveza estuvo a la sombra del vino, serían los pueblos bárbaros quienes extendieran la bebida por Europa, en especial por el norte y el centro del continente. Más tarde monasterios y abadías concentrarían el grueso de la producción, se añadió el lúpulo y empezaron a desarrollase sus diferentes variedades.
A días de hoy recorrer Europa y catar las diferentes cervezas es todo un placer para los amantes de este brebaje. Una bebida que transmite cultura, tradición y los sabores de cada tierra. Con el paso del tiempo se ha llegado a convertir en un recurso turístico más, incluso las grandes marcas cerveceras abren sus puertas a los visitantes para mostrarles sus fábricas, los métodos de producción y realizar exquisitas catas. Estas son algunas de las ciudades más cerveceras del viejo continente
La capital de Irlanda se muestra ante los turistas como una ciudad tan acogedora como animada. Repleta de bares y pubs típicos de aspecto oscuro, sus barras de madera de caoba y vidrieras victorianas contribuyen a formar escenarios únicos. Allí tienen lugar habitualmente sesiones de música tradicional en directo, de jazz y rock que se intercalan con monólogos y actuaciones de cómicos.
El de Temple Bar es su barrio más conocido, famoso por albergar una gran cantidad de pubs en poco espacio, The Temple Bar es el más visitado, allí se sirve la cerveza a litros. De visita obligada se presenta la Guinness Storehouse, el museo histórico de esta tradicional cerveza negra irlandesa, exportada por todo el mundo. Años atrás ese edificio albergaba la planta de fermentación, ahora remodelada y convertida en un centro para visitantes. Todo turista que lo desee podrá tirar una pinta y degustarla.
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Bélgica es sinónimo de cerveza, un país que produce más de 1.500 variedades diferentes. Está considerada mucho más que una bebida pues ocupa parte importante en la cultura y gastronomía nacional. Allí se fabrican las mejores cervezas del mundo, auténticas delicias para el paladar que enamoran especialmente a todo turista que visita la hermosa y singular ciudad de Brujas.
Una joya declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO que se caracteriza por su idílico aspecto medieval, por ser uno de los destinos turísticos más importantes del país y también, por contar con infinidad de cervecerías. Establecimientos de aspecto tradicional, algunos de ellos preparados para turistas y otros frecuentados por locales, donde poder probar cientos de variedades diferentes.
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La ciudad de Múnich se consolida como capital y urbe más importante del estado de Baviera, una región conocida por su enorme elaboración cervecera. Asume más del 20% de la producción alemana albergando más de 600 fábricas de todo tipo y tamaño, desde empresas exportadoras que trabajan grandes producciones hasta otras familiares que solo se conocen en el ámbito local.
Allí se celebra cada año la fiesta de la cerveza más conocida del mundo, la Oktoberfest. Este curso tendrá lugar desde el sábado 21 de septiembre hasta el domingo 6 de octubre y se esperan alrededor de siete millones de visitantes que consumirán millones de litros de esta adorada bebida. Mención especial merecen las cervecerías alemanas asentadas en el centro urbano, donde se respira tradición e historia, sobre todo si se visita la de Hofbräuhaus, la más emblemática de Múnich.
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La capital de la República Checa es el mejor resumen del país en una sola urbe. Considerada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO tiene en la cerveza una de las bebidas más consumidas. La ciudad alberga decenas de pequeñas fábricas y productoras familiares que trabajan el arte cervecero con recetas tradicionales que han ido pasando de generación en generación hasta la actualidad.
El buen ambiente y la belleza de Praga invitan a visitarla y conocerla a fondo desde su hermosa arquitectura hasta su rica gastronomía regada siempre por una buena cerveza local. La más conocida, la Pilsner Urquell, corre a litros por los grifos de las cervecerías más importantes. Este brebaje no solo combate la sed, también adereza deliciosos platos sirviendo de ingrediente en la elaboración de algunas de las salsas más consumidas.
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