Álvaro Romero
Jueves, 24 de mayo 2018, 12:46
Viajar por Europa significa introducirse en un continente fascinante repleto de países diferentes por descubrir. Lugares que guardan en sus fronteras bellos espacios naturales e impresionantes ciudades que se han ido labrando a través de los siglos. Esa importante carga histórica, junto a tradiciones y ... costumbres, han hecho posible que cada región pueda presumir de tener una cultura, un modo de vida y una gastronomía diferente.
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Cada vez son más los turistas que eligen los destinos a visitar basándose en los sabores y platos típicos relevantes de cada comarca. Los viajeros más golosos pueden encontrar en el viejo continente pasteles y tartas capaces de cautivar a los paladares más exigentes. Estos son algunos de los mejores destinos para endulzarse según Holidu, motor de búsqueda de alquileres vacacionales:
La capital austriaca alberga el mayor número de cafés por habitante y además cuenta con una de las tartas más apreciadas por los golosos, la deliciosa Sachertorte. Es la elección perfecta para los amantes del chocolate y una de las especialidades culinarias más famosas de la ciudad. Cuenta la leyenda que nació en 1832, en una importante cena de la corte, aquella noche el joven Franz Sacher, aprendiz de cocinero, cautivó a la realeza con este dulce.
El Bündner Nusstorte es una tarta tradicional suiza que consiste en una pasta de nuez caramelizada y cuyo origen está muy cerca de Zúrich, concretamente en el cantón de Grübunden, en el sureste del país. Este delicioso pastel fue inventado en 1926 por un panadero llamado Fausto Pult y se caracteriza por su elaboración y aspecto, pues la pasta se rellena con frutos secos y no se mezcla, quedando los ingredientes a la vista.
La capital de Polonia, además de ser una ciudad histórica y la más importante del país, ofrece uno de los dulces más deliciosos de Europa, la Napoleonka o Kremówka. Una tarta de nata local hecha con dos capas de hojaldre, rellena de crema batida y decorada con azúcar en polvo o glaseado en la parte superior.
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Käsekuchen es el nombre local que recibe la tarta o pastel de queso alemán, una de las debilidades de los germanos que, desde el siglo XVI, consiguió conquistar los paladares más exigentes. Desde entonces, ha habido un sinfín de variedades en todo el país y está siempre presente en sus pastelerías y cafés. Elaborada con requesón o con diferentes tipos de queso, pero siempre deliciosa.
El Toucinho do Céu es uno de los dulces más tradicionales de Portugal y pese al nombre nada tiene que ver a la versión española. Nació en el convento de Odivelas, terreno lisboeta. Se trata de una tarta fabricada con azúcar a la que se le añaden almendras molidas y una gran cantidad de yemas de huevo. Se produce en todo el país y cada versión varía ligeramente de otras, según la región.
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