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La provincia de Burgos está llena de sorpresas. También en cuanto a sitios misteriosos se refiere, lugares alejados de los tradicionales circuitos turísticos y que ocultan historias de leyenda a veces, de ficción otras, en ese punto intermedio entre el mito y la realidad. Lugares curiosos, perfectos para descubrir en este mes en el que los fantasmas y las historias de misterio tienen más protagonismo que nunca, pero por los que el visitante se puede perder en cualquier momento.
¿Sabíais que la zona de España con mayor cantidad de necrópolis altomedievales se ubica en la provincia de Burgos? Entre el Neila y la Sierra de la Demanda, en medio de la frondosidad de sus bosques, se ubica el mayor número de necrópolis de la Alta Edad Media de toda la Península Ibérica.
Para partir en su búsqueda, lo mejor es empezar por el Centro de Visitantes de las Necrópolis del Alto Arlanza, ubicado en el pueblo de Palacios de la Sierra. El perfecto punto de partida de un viaje que llevará a encontrarse con un conjunto de antiguos cementerios de hace más de mil años, excavados entre los siglos IX y XII, y que formaban parte de poblados en su mayoría desaparecidos.
Éste no es un cementerio cualquiera: es un mito, un edén para cinéfilos y amantes del wéstern y para cualquier viajero un lugar lleno de misterio y curiosidades en el que revivir una historia real tocada con la varita mágica del séptimo arte.
Uno de los wésterns más famosos de la historia del cine eligió entre sus localizaciones la provincia de Burgos, muy cerca de Santo Domingo de Silos. En el valle de Mirandilla se esconde el escenario real del mítico cementerio circular de la escena final de «El bueno, el feo y el malo» (1966), dirigida por Sergio Leone y con el inconfundible sonido de «The Ectasy of Gold» de Metallica como banda sonora.
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Fueron los propios vecinos de los pueblos de la zona y los soldados del ejército de Franco quienes se encargaron de levantar las 5.000 tumbas del cementerio de Sad Hill, en donde se desarrolla esa famosa escena del duelo a tres entre Clint Eastwood, Lee Van Cleef y Eli Wallach.
Hoy el lugar no es sólo visitable, sino que muy disfrutable, en un bonito emplazamiento natural como telón de fondo y con el misterio flotando en el aire… Por cierto: las tumbas, pueden apadrinarse y personalizarse.
El paisaje de las Torcas, en la Bureba burgalesa, con sus fumarolas anaranjadas, marrones, rojizas y ocres, crea un extraño y a la vez maravilloso paisaje kárstico en el que naturaleza y geología se dan la mano. Un escenario pintoresco y perfecto para realizar una escapada, en un paisaje entre mágico e inhóspito y, sobre todo, misterioso.
Allí se encuentra el pueblo abandonado de Valdearnedo. Curiosamente, Valdearnedo no se haya lejos de la turística Poza de la Sal, cuna de Félix Rodríguez de la Fuente, ese bonito pueblo de arquitectura tradicional, fachadas encaladas con vigas de adobe, y calles estrechas, tan buscado por los viajeros. Por el contrario, Valdearnedo fue poco a poco deshabitándose hasta que en los años 80 vio marchar a sus últimos lugareños, quedando para siempre abandonado.
De lo que fue el pueblo poco queda ya, aunque sí se imagina lo que pudo ser: con una bonita iglesia románica del siglo XII que aún conserva algo de su estructura y capiteles y unas casonas de piedra que aún permiten imaginar este pueblo castellano emplazado en medio de las Torcas burgalesas.
Son muchas las historias que circulan sobre el Santo Grial, pero una de ellas mira directamente hacia la misteriosa ermita de San Pantaleón de Losa, en el norte de Burgos, un templo imponente y misterioso.
Con su enigmática figura de gigante silueta de proa de barco eternamente anclado a una roca, esta verdadera rareza, ubicada en las tierras de las Merindades burgalesas, se alza al cielo entre tenebrosa, mágica y suprema, con impresionantes vistas a todo el valle y a las montañas.
En el año 1.207 el obispo de Burgos consagró este pequeño templo románico, dedicado a un mártir cristiano procedente de Nicomedia, con el nombre San Pantaleón. Destinada a albergar una reliquia, su fama atrajo a peregrinos de todo el mundo, desviando a los de Santiago para visitar este fascinante emplazamiento.
Hoy se trata de una visita obligada en la provincia de Burgos, una postal extraña y cautivadora.
A pocos kilómetros de la ciudad de Burgos, debajo de los montes de Hontoria de la Cantera, Cubillo del Campo y Tornadijo, se encuentran las canteras de las que se extrajo la piedra caliza para construir la Catedral de Burgos, la única catedral de España declarada por sí sola Patrimonio Mundial de la Unesco, así como otros monumentos de la ciudad y la provincia.
Adentrarse en ellas es hacer un misterioso viaje a las profundidades de la tierra y de la historia, con la compañía de un singular baile de sombras, al capricho de los juegos de la luz natural y artificial que, junto al escuchar de las historias vividas allí, emocionarán y erizarán el vello a más de uno.
Actualmente están abiertas al público dos de las canteras, la Catedral y el Pozo. Recorrerlas trasladan al visitante a otras épocas. Incluso a la Guerra Civil, ya que el lugar se convirtió en un polvorín que se mantuvo durante décadas.
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Javier Martínez y Leticia Aróstegui
Rocío Mendoza, Rocío Mendoza | Madrid, Álex Sánchez y Virginia Carrasco
Sara I. Belled y Clara Alba
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