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Las bodegas subterráneas de Aranda de Duero constituyen uno de los tesoros más apreciados por los ribereños. G.D.H.

Un viaje a la ciudad subterránea que se esconde en Aranda de Duero

Las bodegas que vertebran el subsuelo del centro histórico de la ciudad datan de los siglos XII y XIII y se encuentran a una profundidad de hasta 11 metros

Gloria Díez

Burgos

Domingo, 5 de septiembre 2021, 09:36

Aranda de Duero esconde una ciudad subterránea bajo su centro histórico. Más de siete kilómetros de galerías excavadas en la Edad Media, a una profundidad de entre ocho y 12 metros, constituyen uno de los tesoros más particulares de la Ribera del Duero. Las ... bodegas subterráneas son un patrimonio que recuerda la enorme vinculación de la cultura vitivinícola en las tradiciones, en la vida y en el carácter de los ribereños.

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Quienes visiten Aranda de Duero y tengan la suerte de poder sumergirse en estas galerías que recorren el subsuelo de la villa, observarán que la temperatura se mantiene siempre constante, en torno a los 13 grados a lo largo de tdo el año. Esto, al igual que el grado de humedad, favorece la conservación del vino en condiciones óptimas. También es importante la ausencia de luz natural en estas bodegas donde, además, tampoco llegan las vibraciones ni los sonidos del exterior, todo ello con un único objetivo: preservar el vino de los agentes externos que pueden afectar a su evolución.

Estos pasadizos artificiales tienen varios respiraderos, llamados zarceras, que permiten que el aire se renueve en el interior. Además, en sus orígenes estaban intercomunicadas y tenían una salida extra muros de la ciudad. En la actualidad algunas de estas bodegas se han hundido o inundado, pero todavía hay siete kilómetros que se preservan intactas. Se trata sin duda de una increíble obra de ingeniería que los vecinos de Aranda de Duero han conservado a lo largo de los siglos.

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Galería. Bodega de la peña Tierra Aranda en la capital ribereña. G.D.H.

El arraigo de la cultura del vino en Aranda de Duero alcanza su máxima expresión con el significado de estas bodegas subterráneas como lugar de reunión. Esta tradición llega hasta la actualidad, ya que estos espacios bajo tierra se utilizan a menudo para celebraciones y actos sociales.

La historia de la capital ribereña está ligada a sus bodegas. La mayoría de ellas son privadas, se accede desde alguna de las viviendas del centro histórico. Otras muchas han sido cedidas a las peñas de la localidad, que las conservan y las mantienen. El vídeo y las fotos que acompañan este reportaje fueron tomadas en La bodeguilla de Requejo, de la peña Tierra Aranda, a la que se accede desde la emblemática plaza del Trigo. En estos momentos, esta asociación ha puesto en marcha una iniciativa para la promoción turística de la bodega.

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Con un hito informativo donde se puede encontrar una descripción de las particularidades de la bodega. Un texto elaborado por el historiador arandino, Javier Iglesia, acompañado de las fotografías de Enrique Calleja y un código QR para descargar más fotos y el texto traducido al inglés.

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Dos de estas bodegas arandinas son públicas y pueden visitarse a través de la oficina de Turismo del Ayuntamiento de Aranda. Son la de las Ánimas y la de las Caballerizas. Durante todo el verano y hasta el día 5 de septiembre la concejalía de Promoción y Turismo ha estado realizando las visitas teatralizadas a las bodegas, pretendeara acercar a visitantes y arandinos la historia y el conocimiento de las bodegas subterráneas. Pero no es la única forma de conocerlas, otras se encuentran bajo establecimientos de hostelería y se puede acceder a ellas desde el propio local.

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Quienes las visiten comprobarán que Aranda de Duero no se entiende sin la tradición vitivinícola que la envuelve. Las condiciones climáticas, edáficas, medioambientales y geográficas de la zona favorecieron a la extensión del cultivo de la vid y colocaron a Aranda, durante los siglos XII y XIII, como uno de los principales centros productores de vino en el norte de España. Liderazgo que se reforzó a lo largo de la Edad Media en parte por la excavación de estas extensas y profundas galerías subterráneas bajo el caserío de Aranda.

Las bodegas como escenario de televisión

Estos peculiares pasadizos fueron elegidos por sus características para ser uno de los escenarios de la serie 'Conquistadores: Adventum' que narra las tres décadas siguientes al Descubrimiento de América y que se estrenó en Movistar Plus en 2017.

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Las bodegas de Aranda se convirtieron durante 72 horas en un plató para albergar el rodaje. En concreto, aparecieron la Bodeguilla de Requejo, de Tierra Aranda que ilustra este reportaje y la bodega El Bolo, de la peña El Chilindrón, ambas para transformarse a lo largo de tres días en tabernas, una perrera, almacenes y una mazmorra.

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