La Molina y su fiesta soñada

En una fiesta en la que no cabía espacio para la improvisación, pues todo estaba perfectamente organizado, fueron muchos los amantes del esquí que buscaron recordar tiempos pasados -se rememoraban los años 40- en un centro que durante estas semanas disfruta de jornadas espectaculares. Las grandes acumulaciones de nieve polvo permitieron realizar descensos por algunas de las pistas retro de La Molina, donde se pudo vivir un sábado en el que prácticamente todo nos transportaba a otras épocas.

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Incluso, se atrevieron a acudir a la estación vestidos para la ocasión. Tal y como informó en los días previos, hubo un buen número de aficionados que se ataviaron con su mejor equipaje retro e hicieron las delicias del dominio esquiable en un día en el que la meteorología fue otro buen aliado para pasarlo en grande, primero en una carrera en la que la participaron 180 usuarios, y más tarde en una bajada de antorchas muy especial. En ella, una tradición sobre la nieve española, fueron cerca de 300 los esquiadores que quisieron formar parte de la estación gerundense antes de clausurar el evento con una gran fiesta.

No podía ser de otra manera, pues La Molina sigue siendo uno de los destinos más apetecibles del Pirineo Catalán, en buena medida gracias a mantener el 100% de la estación abierta. Son 68 los kilómetros disponibles en la recta final del mes de febrero.