Las maravillosas cenas de montaña de Grandvalira

Ni qué decir en una temporada como la que se vive desde el pasado diciembre, donde las intensas precipitaciones están dejando dominios repletos y espesores dignos de otros tiempos. Es, sin duda, un momento excepcional para comenzar a deslizarse por las pistas.

Pero no solo de esquiar viven las estaciones, pues algunas ofrecen servicios muy interesantes más allá de esos trazados cubiertos de oro blanco, como ocurre en Grandvalira cuando las luces se apagan. El andorrano es uno de los destinos favoritos para el gran público en la Península Ibérica, pues cuenta con muy buenas condiciones cada temporada y más de 200 kilómetros en sus pistas.

Cuando la noche cae, las cenas de montaña se convierten en un esperado protagonista, acompañadas de las actividades nocturnas de la estación. La magia y la naturaleza ofrecen un mundo de sensaciones únicas, donde el placer y la nieve vuelven a unirse con el usuario como protagonista.

Desde las mejores hamburguesas andorranas a la alta cocina de montaña en uno de los lugares más idílicos del Principado, pasando por el ya archiconocido Iglú Hotel o veladas a más de 2.000 metros de altitud. Lugares señalados para vivir sensaciones únicas tras una larga jornada de esquí que tendrá en la nieve un magnífico desenlace.

Las excursiones en raquetas, los recorridos en moto de nieve o los paseos en ratrac, entre otras opciones, son algunos de los momentos preferidos para cerrar el día en un magnífico entorno cuyas condiciones siguen siendo una delicia.