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JUANJO GONZALO
MADRID
Jueves, 4 de enero 2018, 16:28
La llegada de los Reyes Magos ha supuesto, una temporada más, una afluencia masiva de aficionados a los deportes de nieve en este principio de año. No es para menos, si uno observa el detallado calendario con el que cuentan las estaciones aragonesas del Grupo ... Aramón.
En realidad, se trata de un programa para todos los gustos que se lleva dos semanas disfrutando en algunas de las principales pistas del país. Javalambre y Valdelinares en Teruel, Cerler y Formigal-Panticosa continúan alimentando el sueño de muchos niños y el de un extenso número de familias que, durante estos días, difícilmente pierden la ilusión.
Tampoco lo harán todos aquellos que quieren seguir esquiando sobre los grandes mantos blancos que hay preparados en los cuatro centros desde hace ya un mes. Las previsiones continúan marcando un importante aumento tanto de superficies como de espesores.
En estas fechas tan especiales parece que se superarán los 200 kilómetros, una cifra más que interesante para la recta final de unas fiestas que han vuelto a ser todo un éxito. La nieve caída ha vuelto a ser el mejor regalo permitiendo que, por ejemplo, en Formigal-Panticosa se abran 150 kilómetros de pistas. Las zonas más altas de la estación mantienen grandes acumulaciones, por encima del metro y medio de oro blanco.
Además de las condiciones, que en los cuatro dominios mejoran sustancialmente, será este viernes una jornada muy especial, con la presencia de Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente. No habrá carrozas, ni llegarán acompañados de camellos, pero Melchor, Gaspar y Baltasar contarán con, como ya suele ser habitual, unos esquís con los que deslizarse por la magnífica nieve.
Ningún niño se lo perderá, pues visitarán todas las estaciones, y repartirán muchos regalos entre los asistentes. Toda una tradición con, cada temporada, muchos más adeptos, y que se ha convertido en un espectáculo. Las fiestas se acercan a su fin con uno de los eventos más bonitos del año y en Aramón concluyen con una fiesta al caer la noche, como no podía ser de otra manera. Serán, de nuevo, los consagrados descensos con antorchas.
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