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Aunque el término 'red flags' se utiliza para las relaciones personales en referencia a las señales que hacen saltar las alarmas sobre el comportamiento de determinadas personas también podríamos extrapolarlo al universo seriéfilo. A estas alturas hemos visto ya muchas series y somos capaces de ... identificar enseguida indicios de que alguna no va a funcionar como debería. Una comedia que resulta demasiado forzada, una propuesta romántica con una pareja sin química, un drama familiar en el que ningún miembro resulta creíble. En el caso de las producciones juveniles puede hacernos desconfiar, por ejemplo, un reparto con edades diferentes a las de los personajes, o una fijación por mostrar el cuerpo de los protagonistas y sexualizarlos, o un empeño por generalizar y criminalizar la juventud. Todo eso ha pasado en no sé cuántos títulos. Y sigue pasando.
Nada de esto sucede por fortuna en 'Red Flags', la nueva serie que Atresplayer estrena hoy domingo 7 de abril basada en una idea original de Nando López, que rezuma verdad por todos los lados. Cada uno de los retratos de la generación z que plantea funcionan de manera individual y también cuando interactúan entre ellos. La propuesta presenta a Érika, una adolescente con un físico que no se ajusta a la norma y que busca la manera de estar a gusto consigo misma. Con el objetivo de visibilizar y reivindicar que no todos los cuerpos cumplen determinados cánones comparte un vídeo por redes sociales en ropa interior. El post se hace viral enseguida y genera todo tipo de reacciones, no todas fáciles de digerir. Los mensajes de apoyo de tres desconocidos le animan a abrir un chat bajo el nombre de Red Flags.
En él participan Luna, una joven atrapada en relaciones tóxicas con su pareja y su mejor amiga; Walter, un muchacho negro que intenta ser aceptado por sus compañeros del equipo de baloncesto que no dejan de meterse con él; y Toni, que trata de aceptarse a base de sesiones de gimnasio y de encuentros sexuales poco satisfactorios surgidos en aplicaciones de citas. Entre ellos surge una relación -primero online, más tarde real- de confianza y crean un pequeño microcosmos en el que se sienten seguros, algo no tan sencillo a determinadas edades, cuando empiezas a asumir quién eres y quién quieres ser.
Hay varias maneras de ver 'Red Flags', lo cual permite que pueda ser consumida por públicos de diferentes edades. Los más jóvenes se sentirán identificados con lo que cuenta, con temas y situaciones cotidianas con los que les toca lidiar en su día a día. A los más adultos tampoco les resultarán extraños esos asuntos, los reconocerán aunque los tengan más lejanos en el tiempo, porque afortunadamente algunos de esos conflictos se van resolviendo con la edad. La serie además les permitirá entender mucho mejor a una generación a la que no deja de ponerse etiquetas que no siempre le hacen justicia.
Las redes sociales juegan un papel fundamental en las tramas, por su relevancia en el día a día de los protagonistas. Se relacionan, se buscan, se someten, se validan, se examinan a través de ellas. Hay todo un estudio detrás de cómo estas influyen en el comportamiento y la forma de relacionarse de estas generaciones que no entienden la vida sin un teléfono en la mano que les conecta al mundo de múltiples formas. Algunas mejores, otras peores. Se juzga poco en 'Red Flags'. Eso está muy bien, si alguien tiene que juzgar que sea en todo caso el público. Aunque tampoco es necesario.
Producida por Zeta Studios, escrita por Nando López y Estel Díaz y dirigida por esta última y Ian de la Rosa, la ficción se divide en ocho capítulos cortos de apenas veinte minutos de duración que suceden los viernes. Viernes de encuentros y de desencuentros. Viernes de fiestas y de lágrimas. Viernes de liberación y de nuevas dudas. Además de por unos diálogos que fluyen de maravilla, por unas sobreimpresiones en la pantalla que no molestan ni distraen las series destaca por unas interpretaciones asombrosas, las de esos chavales a los que encarnan Mar Isern, Diego Rey, Iria del Valle e Ibrahima Kone. Los cuatro dan vida a unos personajes que hace unos años habrían sido los secundarios de la serie, los que acompañaban. Y ahora son los protagonistas, eso es un gran triunfo.
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