Eddie Redmayne y Úrsula Corberó
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Eddie Redmayne y Úrsula Corberó
Medio siglo después de que el mítico Chacal se asomara por primera vez a la gran pantalla -hubo un remake de la película en 1997 ambientado en EE UU-, el asesino a sueldo creado por el escritor Frederick Forsyth regresa a la vida con 'The Day of the Jackal (Chacal)', una serie de televisión protagonizada por el oscarizado Eddie Redmayne (Londres, 42 años), que se estrena este viernes en SkyShowtime y que ya ha recibido luz verde para su renovación por una segunda temporada.
En la primera, que consta de diez episodios, el camino del Chacal se cruza con el de una tenaz agente de inteligencia británica que, tras su último asesinato, empieza a seguirle la pista por toda Europa. Consciente de que diez episodios dan para mucho, su creador, Ronan Bennett, ha apostado por crear una suerte de doble vida para al asesino profesional que, de alguna manera, lo humaniza. Úrsula Corberó (San Pedro de Vilamajor, Barcelona, 35 años) da vida a Nuria, su esposa, una mujer poco a poco percibirá que Charlie no es trigo limpio. Ambos presentaban la serie ayer en un céntrico hotel de Madrid.
-Eddie, después de su éxito en el cine, ¿qué tenía de especial este proyecto para que se involucrara en él?
-Eddie Redmayne: Soy un gran admirador de la película y no habría hecho la serie si hubiera sido, sin más, una nueva versión de la novela porque, en lo que a mí respecta, 'Chacal' es una película fundamental en la historia del cine y la actuación de Edward Fox es formidable.
-¿Le daba miedo mancillar el recuerdo de la cinta original?
-E. R.: Sí, sí, pero lo que leí cuando me pasaron los tres primeros guiones fue algo completamente distinto, pero que a la vez retenía todas aquellas cualidades que me habían encantado del original. Tenía algo de la vieja escuela, pero en lugar de hablar del enigma que supone Chacal, como en la película o en el libro, teníamos más de diez horas para desnudar al personaje y explicar que existen todos estos otros lados de su vida. Desde el punto de vista de un actor, fue como hacer diez películas diferentes: estaba el elemento de acción emocionante, la cualidad romántica, pero rebelde y dramática. Y luego estaban los cambios en la apariencia física y el acento. Era como empaquetar toda la televisión que disfruto viendo.
-Úrsula, es su cuarta producción internacional. ¿Cómo le llegó el proyecto?
-Úrsula Corberó: Pues me llegó un poco 'random' (de casualidad). Estaba en Argentina, me llamó mi representante de EE UU y me dijo que se iba a hacer esta nueva adaptación de 'Chacal' y que querían que hiciera de la mujer de Charlie. Me leí los tres primeros guiones y me pasó un poco como a Eddie, que me encantaron. Tenían un gran ritmo y me quedé con ganas de más. Lo que pasa es que me quedé un poco con la sensación de que no entendía muy bien por qué me estaban llamando a mí para hacer ese personaje. Además Cádiz salía todo el rato y nadie me había dicho que tenía que hacer de gaditana.
-A diferencia del de Eddie, su personaje es de los que se cuece a fuego lento.
-Ú. C.: Sí, de hecho en las versiones de los guiones que me pasaron el personaje no estaba del todo pintado. Al final lo que al principio me llamó menos la atención del personaje, fue lo que más interesante me ha parecido, que es su gran arco.
-¿Y cuál es ese arco?
-Ú. C.: Nuria es una mujer sencilla, ama de casa, con pocas aspiraciones profesionales en la vida. Quiere vivir una vida tranquila, en una casa bonita, pero a través de todo lo que va descubriendo sobre su marido, acaba encontrando su verdadera fortaleza. Es una tía que no se conforma con mirar hacia otro lado y al final es la única que se atreve a pedirle explicaciones y eso es muy interesante porque en este género no estamos acostumbrados a verlo.
-El Chacal tiene conocimientos de todo tipo. ¿Cómo construyó su personaje?
-E. R.: Tuve un 'coach' de movimiento, tres profesores de idiomas porque tenía que hablar en varias lenguas, un equipo de maquillaje brillante y conté también con un 'coach' militar que me dio nociones de espionaje, me presentó a francotiradores y me enseñó todo tipo de técnicas para rastrear personas o convertirte en alguien invisible para el resto.
-¿Cuál fue el mayor desafío de encarnar al personaje?
-E. R.: El mayor reto fueron los idiomas. Yo no hablaba ni alemán ni español y es muy extraño ponerte delante de la cámara e interpretar un papel cuando, literalmente, te lo has aprendido por cómo suena.
-¿Y lo más emocionante?
-E. R.: Diría que todo el conjunto de géneros que se tocan. Un día las secuencias giraban en torno a la acción, otro día tocaba escena de corte forense muy dramática. Fue una alegría tocar todos esos palos.
-Una de las grandes virtudes del Chacal y de cualquier asesino a sueldo es su paciencia. ¿Cómo llevan la suya?
-E. R.: (Ríe). Yo soy profundamente impaciente y mira que tengo dos hijos pequeños y debería serlo menos porque si no te vuelves loco. Del Chacal debería aprender que el es supereficiente, como un cuchillo atravesando la mantequilla. Jamás entra en pánico, ni se pone nervioso.
-Ú. C.: Tú en cambio te pones nervioso con facilidad.
-E. R.: Y tú estás en calma hasta que yo consigo que entres en pánico (ríe).
-Ú. C.: La verdad es que es una mala influencia para mí. Él rodaba todos los días y yo lo rodaba todo en un par de días. Me iba un par de semanas y cuando volvía veía que la cara le había cambiado por completo. Yo le decía «calma, calma, calma», como Belén Cuesta en 'Paquita Salas', pero al día siguiente yo estaba de los nervios. Nos retroalimentamos (ríe).
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