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José Manuel Poga da vida a Tomás en 'En fin'.
José Manuel Poga es el marido arrepentido de Malena Alterio en un fin del mundo que no llega

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David Sainz y Enrique Lojo son los creadores de 'En fin', una ficción disponible en Prime Video sobre un apocalipsis que acaba en gatillazo

Iker Cortés

Madrid

Miércoles, 18 de septiembre 2024, 00:39

'En fin' da comienzo con un gatillazo cósmico, un apocalipsis que finalmente se queda en un quiero y no puedo. Un planeta errante va a chocar de forma irremediable con la Tierra y, claro, las prioridades de sus habitantes, a punto de la extinción, cambian. Sin embargo, en el último minuto, la catástrofe se detiene y el astro que amenazaba con poner fin a la humanidad se aleja. Tomás se despierta entre un mar de cuerpos desnudos y sudorosos, tras una multitudinaria orgía, cuando la hecatombe ya debería ser un hecho. ¿Y ahora qué? Ahora hay que seguir viviendo y Tomás se aferra a lo que hasta hace unos meses era su vida: su esposa y su hija, Julia y Noa. Egoísta e inmaduro, las abandonó para dejarse llevar por el hedonismo y exprimir sus últimos días en la Tierra. ¿Conseguirá que le perdonen?

Este es el punto de partida de la nueva serie de David Sainz (Las Palmas de Gran Canaria, 1983), responsable de 'Malviviendo', que aquí une sus fuerzas con Enrique Lojo (La Coruña, 1988) para crear una disparatada comedia de seis capítulos que aprovechan la turbulenta relación entre Tomás y Julia como hilo conductor, aunque funcionan sin estridencias de forma independiente. No en vano, y a pesar de que la comedia es el pilar central de la propuesta, el tono de la ficción cambia entre una entrega y otra: del thriller de narcos que se apunta en el segundo episodio al homenaje a 'Los vengadores' o a '¿Quién puede matar a un niño?' del cuarto, pasando por los toques de suspense y terror que se manejan en el tercero. «Dentro de la aventura y la comedia, a nosotros nos gusta jugar con referentes y géneros concretos. Una vez tuvimos claros los arcos de los personajes, pensamos en las peripecias y en las cosas divertidas que nos daba este contexto, y lo que tuvimos que hacer fue descartar», explica Sainz.

Disponible ya en Prime Video, la ficción reconecta al espectador con muchas de las experiencias que se vivieron en la pandemia -hay deliciosos gags que remiten a ella-, sin embargo comenzó a pergeñarse hace ya más de ocho años. «Nos encontramos con la pandemia de por medio y quizá se resignificó, aunque no cambió su origen», apunta Lojo desde el céntrico hotel de Madrid en el que el equipo presenta la serie. «Nos enamoramos del concepto: el mundo se va a terminar y, de repente, no lo hace, y la gente tiene que vivir con las consecuencias de lo que hizo. Es un concepto que potencialmente es muy rico, a todo el mundo se le ocurren posibilidades, el problema es que nos costó dar con la clave para poder vehicular esta idea», desarrolla el también guionista.

Malena Alterio, Javier Botet y Chenoa, y Raúl Cimas.
Imagen principal - Malena Alterio, Javier Botet y Chenoa, y Raúl Cimas.
Imagen secundaria 1 - Malena Alterio, Javier Botet y Chenoa, y Raúl Cimas.
Imagen secundaria 2 - Malena Alterio, Javier Botet y Chenoa, y Raúl Cimas.

Esa clave fue la familia formada por Tomás, Julia y Noa, a través de la cual la serie cuenta un universo extraño, que parece haberse quedado en 'stand-by', donde las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado han abandonado sus trabajos, el municipio onubense de La Antilla parece el páramo de 'Mad Max', apenas hay existencias en los supermercados y todo funciona a medio gas pese a que, en realidad, no ha pasado nada. Otros secundarios, encarnados por Javier Botet o Raúl Cimas -ambos brillantes- exploran otras posibilidades dentro de ese universo.

«¡Qué bizarrada!»

A Tomás lo encarna José Manuel Poga, al que pudimos ver el año pasado en 'El cuerpo en llamas' y que ya dio vida a Fati en 'Grasa', otra de las series de Sainz. «Interpretar a un personaje que sale de su cabeza siempre es una gozada porque su manera de hacer ficción es muy salvaje y muy punki», afirma el jerezano. «Tomás es este perfil de hombres de cuarenta y tantos años que se piensan que todavía tiene treinta, que no se han enterado de que son padres de familia y de que tienen responsabilidades. Es patético», explica Poga. Es, continúa con el dechado de virtudes, «un personaje muy gris, tiene un trabajo de mierda y también muy poca gracia... Un amargado que cae mal y que cuando las cosas se ponen feas abandona a su familia».

En cambio, Malena Alterio sí se acercaba por vez primera al universo del canario, que coescribe y dirige todos los episodios. «Me llegaron los guiones y cada uno de los capítulos me sacaba carcajadas. ¡Qué bizarrada!», señala divertida. La actriz se pone en la piel de Julia, una ama de casa más bien conservadora. «Hace lo que se presupone que debe hacer, pero no lo que quiere, y tiene que aparecer el fin del mundo para replantearse toda su vida y cambiar, pero son torpes los dos», describe la actriz, que leyendo los guiones sí que se planteaba cómo iban a representar algo tan complejo como un conato de apocalipsis.

Tomás, en plena pelea con unos niños.

Pero David Sainz lo tenía claro: «Nos enamoramos tanto de la idea que siempre supimos que solo llevaríamos a cabo la serie cuando estuviera a la altura del concepto. No queríamos quedarnos a medio gas». En este sentido, 'En fin' es el proyecto para el que ha contado con mayor presupuesto en toda su trayectoria y eso se nota. Cabe preguntarle si contar con mayor presupuesto implica mayores inseguridades o mayor peso de la responsabilidad. «Grabar con mucho presupuesto es superfácil -resume el director- porque hay un equipo de 95 personas con un solo trabajo cada una. Puedes decir: 'Me gustaría que ese coche no estuviera ahí'. Y de repente no está. Creo que todos los directores que no hayan tenido la posibilidad de grabar sin presupuesto deberían hacerlo para curtirse un poco». Lojo, a su lado, asiente. «Incluso a la hora de escribir, si vas a estar mínimamente implicado en la producción siempre intentas escribir algo que sea producible. Aquí imaginábamos un toro y no había problema. El dinero, además, te permite poder rodar una sola secuencia en un espacio, cuando otras veces hay que generar toda una trama para plantearse rodar en una localización determinada. El dinero es maravilloso», comenta.

Pesimismo

Pese a que la comedia es el núcleo de 'En fin', la serie rezuma un pesimismo extremo. «Las acciones de Tomás tienen mucho más que ver con el egoísmo que con el hedonismo. El personaje es puramente egoísta cuando el mundo se va a acabar y cuando no», deja caer Lojo. «Pero mira que esa idea la tuvimos desde el principio, pero cuando fue lo de la pandemia... O sea es que nos dio la puta razón. ¿Qué hay más mentira que eso de que saldremos mejores? Aplaudir en el balcón y meterle un codazo a tu vecino para conseguir más higiénico en el Mercadona. Al final somos salvajes y cuando hay un hecho como este, en el que todo el mundo sabe a la vez que va a morir en un día concreto, al final hay que pensar que la gente no va a tratar de cumplir su sueño de sacarse periodismo, sino que la gente va a hacer todas esas cosas que nunca se atrevió por las consecuencias», comenta Sainz.

Cada capítulo cuenta con una cabecera distinta, llena de referencias pop a vídeos y memes de internet reinterpretados para la ocasión. «Surgió de una necesidad y es que Prime Video quería conocer más de este universo, así que la aprovechamos para dar muchísima información de cómo está el mundo, mientras la relacionábamos con el argumento de cada capítulo», cuenta Sainz que asegura que hacer una serie como esta ha sido un «regalazo». «Poderlo llevar a la pantalla y cuidar de todos los detalles me flipa. Yo soy un enamorado de este trabajo y esto me convierte en un adicto, pero por suerte, aunque mi trayectoria ha sido alternativa e irregular en lo económico, siempre he hecho el producto que quería hacer en cada momento. Nunca he tenido que hacer un encargo que no me apeteciese hacer y eso lo valoro muchísimo», concluye.

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