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Han sido ocho intensos meses de rodaje. 'Berlín', el 'spin-off' de 'La casa de papel', está ya casi listo para presentarse en sociedad, pero habrá que esperar hasta diciembre. Será entonces cuando Netflix desvele los ocho episodios de una de las ficciones más esperadas ... por el público de la plataforma. Una ficción que retrocede al pasado para mostrar nuevas aristas del personaje al que da vida Pedro Alonso, que en esta ocasión planea un atraco a una casa de subastas.
Sin duda, las comparaciones con la serie matriz serán inevitables, pero sus creadores Álex Pina y Esther Martínez Lobato han optado por marcar diferencias desde el principio. Y es que la sola idea de hacer un 'spin off' de 'La casa de papel' «daba mucho vértigo», reconoce Martínez Lobato. «Se supone que no puedes superar a la principal, así que nos esforzamos mucho en ver qué más podíamos contar del personaje y crear un mundo propio. Siento que la serie tiene una vida y una banda propias», señala.
«Tiene un ADN muy diferente», corrobora Pina. «Veníamos de dos series muy complicadas. Tanto 'La casa de papel' como 'Sky rojo' eran series con muchos niveles de angustia, más sórdidas y con más violencia, así que cuando arrancamos todo el proceso de escritura buscábamos tener más luz y pasárnoslo bien. Es una serie mucho más luminosa, vital y lúdica. Es absolutamente hedonista», apunta el creador, productor y guionista. Y aunque es consciente de que la producción puede recordar a la original porque hay un robo y una banda, «hemos evitado en todo momento la violencia y los cuatro momentos que hay con pistolas están escritos o rodados con una vocación de comedia o lúdica».
Ojo, esto no significa que Berlín sea ahora, o sea en el pasado, un tipo blanco y puro, incapaz de matar una mosca, parafraseando a Norman Bates en 'Psicosis'. «Sigue siendo un psicópata, con sus luces y sus sombras, pero en una época en la que era mucho más dandy y disfrutón», revela Pina divertido.
En efecto, es un Berlín más joven, ajeno a la enfermedad que arrastraba en 'La casa de papel'. Pedro Alonso, el actor que lo encarna, lo resume así: «Berlín estuvo vivo y era un personaje denso, peligroso, con más plutonio; Berlín estuvo muerto y eso me descubrió una vertiente del personaje más luminosa». «Y ahora, en esta especie de tiempo cuántico, vuelvo a estar en el presente de la acción y eso le vuelve a dar ese nervio y esa incertidumbre. Para mí ha sido una alegría, como reencontrarme», afirma Alonso. Asegura el actor que en lo personal ha hecho un máster de tono. «En este universo paralelo -dice-, el personaje vuela en una tesitura más ligera y, como dicen, más hedonista, pero igual de peligrosa a veces».
Pero Berlín no podía estar solo en este atraco. Sus cómplices serán Keila (Michelle Jenner), Damián (Tristán Ulloa), Cameron (Begoña Vargas), Roi (Julio Peña Fernández) y Bruce (Joel Sánchez). «Keila es un personaje muy divertido. Es una eminencia en ingeniería electrónica, experta en códigos y en ciberseguridad, pero luego es un ser muy sensible y muy inexperta en la vida real y se ve envuelta en situaciones que le vienen grandes muchas veces y que no sabe cómo manejar», comenta Jenner.
Damián, por su parte, se ocupa de bajar los planes locos de Berlín a la tierra. Ingeniero de día, criminal de noche, «es su amigo y el brazo ejecutor de sus planes», cuenta Ulloa. «Digamos que él es Don Quijote y yo Sancho Panza, él ve gigante y yo veo molinos y a veces tengo que dejárselo claro, pero hay algo de su idealismo que nos llega a cada uno de los miembros de la banda que nos invita a soñar a todos los personajes», explica entre risas.
Para Ulloa trabajar en una serie así ha sido «un lujo» por la mezcla de géneros que atesora y que va desde el cine romántico hasta las aventuras. «En ocho meses tengo la sensación de haber hecho seis películas diferentes porque los personajes transitan por lugares y paisajes tan diversos y tan caleidoscópicos que va a ser un deleite para los sentidos», asume el actor, que hace hincapié en que la producción apunta «a la excelancia, algo que pocas veces te encuentras en este oficio».
Luego están Cameron, «una mujer muy libre y pura», como la describe Vargas; Roi, un jovencito que ve en Berlín «la figura en la que apoyarse», desgrana Peña Fernández, y Bruce, «el típico cachas que parece superficial pero que tiene un fondo muy bonito», cuenta Sánchez.
A juzgar por las fotografías y el primer tráiler de la ficción, 'Berlín' abandonará en buena medida los espacios cerrados en favor de escenarios más abiertos y luminosos. Dice Pina que el personaje al que da vida Pedro Alonso es un tipo «fascinado por la belleza en todos los sentidos, desde el robo al amor. Tiene este componente de exaltación de todo lo que es bello y necesitábamos trasladar el ADN del personaje en sus momentos dorados y más vitales y románticos a la pantalla y para ello había que rodearlo de espacios que favorecieran esa belleza y ese amor». En este sentido, ha sido esencial la utilización por vez primera de un plató virtual «para rodar muchas de las cosas locas que se nos ocurrieron en momentos de delirio» y que hubieran sido mucho más costosas y complicadas in situ. El resultado, dice, «es fantástico». A su lado, la actriz Begoña Vargas dice que «ha sido una maravilla». «No es lo mismo el fondo verde del croma en el que te tienes que imaginar todo, a ver una imagen real en movimiento». Y, además, «no hemos pasado frío», confía entre risas. Julio Peña Fernández añade que el sistema permite «una mayor concentración».
Vital importancia tendrá la relación de Berlín con las mujeres. Cuenta Pina que le gustaba mucho la perspectiva romántica del personaje por la dualidad que tiene. «Puede ser un tipo encantador y sensible o un ogro con una oscuridad tremenda y eso hace que su hoja de ruta sea imprevisible», describe el creador. Eso ha permitido a los guionistas trazar unas líneas románticas con las que poner a Berlín en aprietos. «Queríamos explorar un Berlín perdedor en esos términos, colocarlo como un animal atrapado y que eso tuviera unas consecuencias en el atraco», revela.
El actor que encarna al personaje cree saber ya de qué van estos ocho episodio. «Hay una búsqueda por la alegría de vivir, un afán por sacarle a la vida el primer momento de lo que sea en el que te vuelves a sorprender de forma genuina. El personaje es un drogadicto de eso y hace lo que sea para ponerse ante lo desconocido», desliza. A su juicio el otro pilar sobre el que se sostiene la ficción es que «todo tiene que parecer fácil». «Ha habido un trabajo de equipos y diseños que es un desmadre. De pronto un día estás en una película de Kubrick, otro día en una de Spielberg y otro en una de Tarantino», dice quien incluso ha grabado una versión del 'Felicità' de Romina y Albano junto a Tristán Ulloa. Porque, una vez más, la selección musical será clave en el desarrollo de 'Berlín'.
Tanto Pina como Martínez Lobato juran y perjuran que no hay ningún esbozo de cómo podría ser una segunda temporada de 'Berlín'. «Es el público el que decidirá si hay o no una segunda temporada, nosotros queríamos hacer una temporada autoconclusiva y eso es lo que hemos hecho», dice la productora.
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