'Vaiana 2', una secuela funcional y entretenida pero mucho menos espectacular

En 2016, 'Vaiana' conquistó a millones de espectadores. Ambientada en la antigua Polinesia, la cinta, que atesoraba algunos de los más bellos paisajes vistos en una película de animación, seguía los pasos de una joven con ansias de explorar el mundo, pero condenada a permanecer junto a su pueblo, al que debía guiar hacia su destino. Sin embargo, una maldición provocada por Maui obligaba a la joven a lanzarse al océano para encontrar al más narcisista de los semidioses y tratar de solucionar las cosas. Mezcla de comedia musical y aventuras, el filme, que tenía algunas secuencias de acción espectaculares -esa momento a lo 'Mad Max' acuático era trepidante-, recaudó en taquilla más de 600 millones de euros en todo el mundo.

Estaba claro que Disney no iba a dejar pasar la oportunidad de seguir ahondando en los personajes y el paradisíaco mundo que los rodea. 'Vaiana 2' llega este viernes a las salas de cine dispuesta a encandilar a los más pequeños y a entretener a sus padres.

Han pasado tres años desde la anterior aventura y Vaiana sigue creciendo como líder a medida que explora el vasto océano. De hecho, la película comienza tras una expedición de tres días junto a HeiHei y Pua, el pollo y el cerdito que acompañan casi siempre a la protagonista, y de la que regresa con un pedazo de un cuenco de barro, prueba irrefutable de que hay vida más allá de los límites de su isla. «Si la película pasada iba sobre la reconexión con su pasado esta va sobre el futuro de Vaiana y de su gente», explica en las notas de producción Jared Bush, guionista y productor ejecutivo de la película.

La ficción hunde sus raíces en las propias comunidades isleñas, comenta la directora de la película, Dana Ledoux Miller, que ha coescrito el guion junto a Bush. «Existen viejas historias en el Pacífico sobre puntos de encuentro para navegantes de diferentes islas», señala la cineasta. «Nos inspiró la idea de que la gente viajaría para encontrarse con otras personas: imaginábamos que, hace generaciones, muchos canales del océano conducían a una isla, lo que permitía a los buscadores de caminos del otro lado del océano reunirse y aprender unos de otros a través de experiencias compartidas», continúa.

Con esos elementos sobre la mesa, diseñaron una premisa acerca de Nalo, un dios al que no le gustaba esa conexión entre los humanos, y que cientos de años atrás hundió la isla en el fondo del océano, aislando a las distintas poblaciones isleñas. Tras recibir una llamada de sus antepasados, Vaiana reunirá a una peculiar tripulación de marineros para tratar de reconectar las islas. En su camino, volverá a reencontrarse con Maui, que parece haber perdido la confianza en sí mismo.

Es el punto de partida de una secuela funcional y entretenida que, lamentablemente, no puede esconder su origen televisivo. Porque sí, 'Vaiana 2' iba a ser en realidad una serie de animación y eso se nota en el aspecto visual de la película, mucho más estática que su predecesora y en la que apenas hay rastro de la luz y de los maravillosos paisajes que envolvían la anterior aventura.

Pero esa idea de producción menos pulida y más urgente también se atisba en la forma en la que se desarrolla la acción. Así, en esta entrega Vaiana y Maui van a menudo por separado, echando al traste la química tan estupenda entre ambos personajes, mientras que la ficción apenas profundiza en los personajes que la exploradora reúne para su tripulación. Y aunque musicalmente las piezas no desentonan, no hay ninguna a la altura de la fantástica 'How Far I'll Go' y se olvidan con relativa facilidad. En definitiva, una secuela con poca magia para lo que Disney acostumbra.

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