Jorge Sanz
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Jorge Sanz
Hace apenas tres años Jorge Sanz (Madrid, 54 años) confesaba en la edición gourmet de 'Ven a cenar conmigo', el programa en el que cuatro famosos rivalizan por preparar la mejor cena, que Santiago Segura y Antonio Resines llevaban un par de años manteniéndolo. ... Esta semana, en cambio, el actor desembarcaba en el Festival de Cine de Málaga y lo hacía con tres películas bajo el brazo: 'Matusalén', 'El buen hombre' y 'Por tus muertos', una cinta que ayer mismo llegaba a la cartelera de 285 cines. «Sí, sí. Es el 'hat trick', que dicen, pero es que este oficio es así, pasas de cero a cien en un Festival de Málaga», señala al otro lado del hilo telefónico.
En esta comedia musical, Sanz da vida a Valen, el batería de Metralla, un grupo mítico de finales de los ochenta, que se disolvió tras su primer LP, 'Por tus muertos', y justo antes de alcanzar la gloria. Treinta años después, Miguel (José Mota), guitarrista y cofundador de la banda, recibe el encargo de volver a reunir a la formación para dar un concierto en el Palacio de Madrid.
Dirigida por Sayago Ayuso, el cariño puesto en la ficción está claro desde el primer momento, con un falso documental que pone en contexto a los espectadores y en el que aparecen, por ejemplo, los componentes de Mago de Oz; Fortu ,de Obús, Javier Vargas o Juan Pablo Orduñez, 'El Pirata'.
«Me pasaron el guion y, según lo estaba leyendo, parecía que estaba escrito para mí, me iba como anillo al dedo», explica el actor. «Valen es un tío que vive el momento, que está en paz consigo mismo y al que le gusta disfrutar de la vida», sostiene. Eso sí, a Sanz apenas se le ve aporreando la batería. «Ya sabes como es lo de los actores, que tiene que parecer que tocas», dice entre risas antes de contar una anécdota: «En realidad, fui a ensayar con Sayugo, empecé a dar golpes a la batería y me cargue dos juegos de baquetas. Sayugo me dijo: 'Perfecto. Ese es el personaje'. Así que cojonudo».
A Valen, además, le gusta ir tachando items de una lista de cosas que quiere hacer antes de morir y que va a actualizando constantemente. «Es alguien muy vital y siempre con ilusiones», describe Sanz. ¿Se reconoce también el actor en esa faceta? «Para ser así hay que ser también con la vida que eliges, y vivirla rápido y disfrutar del momento, y no puedes tener ataduras ni compromisos y yo ya estoy en otro momento, aunque he conocido personas así», responde.
Con más cuarenta años de profesión a sus espaldas, el actor comenzó su carrera cuando tan solo era un niño en 'La miel' (1979), a las órdenes de Pedro Masó. Tres años más tarde encandilaba a todos como el chaval de 'Valentina' e incluso aparecía en 'Conan, el bárbaro', donde encarnó al guerrero de Cimmeria en su versión más joven, mientras Arnold Schwarzenegger se encargaba de poner el rostro al héroe adulto.
Cabe preguntarle si sintió alguna vez que la infancia y la adolescencia se le escapaban de entre los dedos. «¡Qué va, tío! Yo he tenido una educación paralela y complementaria fantástica y alucinante. De jovencito estaba muy comedido. Mis padres me dejaban hacer películas si no me volvía gilipollas y si sacaba los estudios. Pero, aparte, viajaba por el mundo, me dedicaba a algo que me apasionaba y se me daba bien», reflexiona.
A finales de los ochenta, Sanz, arropado por maestros de la talla de Fernando Fernán Gómez o Agustín González, se convertía en todo un galán, pareja en la pantalla de las actrices más deseadas. Posteriormente comenzarían los bajones profesionales de los que siempre ha hablado con una sinceridad rotunda. «La gracia de este oficio es durar en el tiempo. Lo que pasa es que, claro, uno tiene sus altibajos, sus facturas y su familia. Pero, vamos, son momentos muy puntuales. Afortunadamente, yo me considero bastante bien tratado dentro de esta industria», explica quien no parece sufrir cuando el teléfono no suena tanto: «Hay que saber estar arriba y hay que saber estar abajo, también. Pero bueno, cada vez uno necesita menos cosas y ahora disfruto la vida más sencillita, con mi familia, mis hijos -tiene tres y dos nietos- y disfruto de trabajar lo justo».
Dedicarse al mundo de la interpretación y haber tenido mucho éxito tiene su contrapartida y es que las cámaras los capturan en el tiempo constantemente. No parece, sin embargo, que a Sanz eso lo haya sumido en la nostalgia. «Yo creo que lo mejor está por venir siempre. Estoy convencido, vamos», concluye.
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