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Hoy todo serán loas en la muerte de Jaime de Armiñán, pero su filmografía se cerró en 2008 con una película que nadie quiso estrenar. '14, Fabian Road' permaneció tres años en la lata hasta que se vio en el Festival de Málaga, donde se ... llevó el premio al mejor guion. La cinta perseguía a una escritora argentina de éxito, inmersa en la promoción de su primera novela. Una mujer la secuestra sin que haya petición de rescate ni fecha de liberación. Armiñán dibuja una compleja relación entre ambas llena de sugerencias y ecos del pasado. Según los datos del Ministerio de Cultura, la vimos 37 espectadores y recaudó 173 euros. No se recoge el aforo lleno del Teatro Jovellanos de Gijón en un ciclo organizado por 'El Comercio', que en junio de 2017 supuso la última aparición pública del realizador.
Un triste cierre de filmografía para un director esencial del cine español, que no se conformó con estar detrás de las cámaras y fue asimismo dramaturgo, novelista, guionista y articulista. Este lunes moría a los 97 años en su casa de su Madrid natal un autor que para las enciclopedias estuvo dos veces nominado al Oscar de habla no inglesa. En 1973 aspiró a la estatuilla con su filme más popular, 'Mi querida señorita', escrito junto a José Luis Borau y que vieron casi 2 millones de espectadores. Sabía que tenía todas la de perder frente a 'El discreto encanto de la burguesía', de Luis Buñuel, que competía por Francia. Al menos, José Luis López Vázquez impresionó tanto a George Cukor que le dio un papel en 'Viajes con mi tía'.
En 1981, Armiñán volvió a Hollywood con 'El nido'. También lo tenía imposible frente a Truffaut y Kurosawa, aunque al final el Oscar fue «para un filme soviético muy malo, lo que me enfadó muchísimo», lamentaba. El autor de 'Juncal', una de las series míticas de Televisión Española, retrató la evolución de España a través de las treinta películas que firmó como director o guionista. Tenía el ejemplo de su padre, Luis de Armiñán, un periodista que cobraba treinta pesetas por cada crónica escrita en el frente, a pie de Guerra Civil y que antes, en la República, fue gobernador civil en diversas provincias españolas. Era hijo también de Carmen Oliver, una actriz a la que idolatraba y que le leía poesías cuando era niño.
Todas sus vivencias con una familia trashumante e ilustrada las recopila en unas memorias deliciosas que ganaron el Premio Comillas, 'La dulce España' (ed. Tusquets), en las que se reconoce un niño enfermizo y enamoradizo. En ellas relata los bombardeos en Salamanca, la buena vida en un San Sebastián burgués donde abundaba el pan blanco y el chocolate o su devoción por los toros: uno de los grandes momentos de su vida fue cuando Antonio Bienvenida le brindó un astado. Siempre se confesó «republicano, algo anarquista y más bien ateo». Vio estrellarse el avión en el que viajaba el general Mola y curioseó en el estudio de Julio Romero de Torres mientras pintaba a sus gitanas.
Tras la aventura de la Guerra Civil, Jaime de Armiñán se matriculó en Derecho y vio todo el cine prohibido que podía junto a su amigo Luis García Berlanga. A los 18 años acompaña a su padre, por entonces corresponsal de 'ABC', a un París liberado por los americanos. Le asombran las parejas besándose por la calle y le arrebatan 'La Internacional' y 'La Marsellesa'. «Con un himno como el nuestro, ¿cómo va a ganar nunca España nada?», se pregunta el director, que consideraba su país «un lugar lamentable política y culturalmente». Lo de 'La dulce España' era por una pastelería de su niñez.
Armiñán entró el cine gracias a José María Forqué tras haber pasado por la novela y el guion: firmó 650 libretos, algunos de ellos muy breves porque eran para televisión. Se brega en series como 'Galería de maridos', 'Confidencias' y 'Fábulas', y debuta en el largometraje en 1969 con 'Carola de día, Carola de noche', comedia musical a mayor gloria de una Marisol ya veinteañera. Dos años más tarde estrena 'Mi querida señorita', donde José Luis López Vázquez pudo escapar de su personaje cómico al atreverse a ser una mujer. En vez de reírnos de él entendíamos su sufrimiento en un filme esencial a la hora de reflejar el hecho trans en el cine español y que será objeto de una próxima versión por Los Javis.
Casado con Elena Santonja, pintora, actriz y pionera de los programas de cocina en la pequeña pantalla, con la que tuvo tres hijos, Jaime de Armiñán recibió el Goya de Honor en 2014. El autor de 'Stico', 'La hora bruja' y 'Mi general' fue un cineasta audaz, que pudo abordar temas atrevidos en sus películas para la época en la que se rodaron y que disfrutó de una Televisión Española donde la creatividad cotizaba al alza, como en esas 'Historias de la censura' realizadas junto a Chicho Ibáñez Serrador, que encantaron al presidente Adolfo Suárez y después fueron prohibidas. El viejo profesor que se ofrece como esclavo encarnado por Fernando Fernán Gómez en 'Stico' refleja bien la actitud de un cineasta que trató los amores heterodoxos -transexualismo, despertar erótico infantil, relaciones amorosas de personajes veteranos…- y que siempre fue a su bola. En su último acto público, cuando recogió el Goya de Honor, recordó a José Luis Borau «por aragonés y jotero». «Viva la jota, viva Aragón y viva el cine español», profirió.
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