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La maternidad de Peña Grande en Madrid funcionó desde 1960 hasta 1984.
La maternidad de los bebés robados que duró hasta la democracia

La maternidad de los bebés robados que duró hasta la democracia

Pau Teixidor recrea en 'Alumbramiento' el infierno de las mujeres embarazadas recluidas en Peña Grande, un centro regido por monjas hasta 1984

Miércoles, 19 de junio 2024, 17:09

La maternidad de Peña Grande en Madrid funcionó desde 1960 hasta 1984. Miles de mujeres sufrieron las humillaciones y la explotación a las que fueron sometidas por las monjas de las Cruzadas Evangélicas mientras esperaban a dar a luz. Peña Grande era el único centro del país que tenía recluídas a adolescentes embarazadas de familias sin recursos o repudiadas de toda la geografía española. Fregaban los suelos de rodillas, rezaban el rosario dos veces al día, eran explotadas laboralmente y sus hijos eran entregados en adopción a familias ricas. Sor María, María Gómez Valbuena, la monja que se hizo tristemente célebre por el caso de los bebés robados, estaba en Peña Grande. Al igual que el ginecólogo Eduardo Vela, la única persona juzgada por el robo de bebés en 2019, declarado culpable pero absuelto al haber prescrito el delito.

Tráiler de 'Alumbramiento'.

'Alumbramiento', segundo largo de Pau Teixidor ('Purgatorio'), ya en cines, relata el infierno de un centro que nació para ser garante de la moral franquista y que estuvo activo hasta bien entrada la democracia. No es gratuito que el filme arranque la noche del 28 de octubre de 1982, en la que el PSOE ganó las elecciones. Felipe González habla por la radio y una adolescente (Sofía Milán, vista en 'Amar es para siempre') llega a Peña Grande en compañía de su madre (María Vázquez). «¿Tú te acuerdas de aquello que te contaban de pequeña de que los niños los traía la cigüeña. Bueno, pues ahora tú eres la cigüeña», le tranquilizan las monjitas.

Sofía Milán encarna a una menor que se queda embarazada.

'Alumbramiento', mejor director y premio de interpretación a su reparto de chicas en el BCN Film Fest, captura la grisura y cutrez de la época con algún detalle malévolo: las chicas fabrican banderitas de Alianza Popular. Espanta con la inhumanidad de las religiosas y de ginecólogos con cigarrillo en la boca, que piden a las niñas que abran las piernas para examinarlas. La convivencia de las chicas, entre las que había algunas que no trabajaban porque sus padres pagaban la estancia, resulta más previsible al recordar los thrillers carcelarios al uso. «Nadie va a devolver a esos bebés, jurídicamente es imposible», lamenta Pau Teixidor. «Solo quedan los sentimientos de esas mujeres y ese fue el material más valioso para escribir el guion».

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