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'O corno' toma su título en gallego del cornezuelo de centeno, que ya en la Edad Media era utilizado por curanderos y comadronas para provocar abortos y partos prematuros. El segundo largometraje de Jaione Camborda, directora donostiarra afincada desde hace quince años en Santiago ... de Compostela, arranca con un parto que dura casi veinte minutos. No vemos sangre ni la habitual postura de una parturienta tumbada con las piernas abiertas, sino una mujer de pie ayudada por la partera protagonista del filme, encarnada por la bailarina de danza contemporánea Janet Novás. Gemidos de dolor y respiraciones profundas. «Esa escena es una declaración de intenciones», advierte la directora. «Los partos en el cine se han mostrado tradicionalmente de manera más ginecológica, con mujeres histéricas fuera de su cuerpo. Me parecía importante enseñar el tiempo entre las contracciones, la respiración, plantear un tempo pausado para que el espectador observe de manera detenida».
Estamos en la isla de Arousa en 1971. María se gana la vida mariscando, como casi todas las mujeres del lugar, pero también ayuda en los partos y conoce cómo provocar abortos. Una chica que tiene la esperanza de dedicarse profesionalmente al atletismo acude a ella para que interrumpa su embarazo. La cosa sale mal y la protagonista se ve obligada a huir para escapar de la Guardia Civil. Cruza la frontera hasta Portugal por las rutas que utilizan los contrabandistas y encuentra en su camino a una prostituta negra que tiene un bebé. 'O corno' es, ante todo, una película sobre la sororidad, ese término que la Real Academia de la Lengua define como «relación de solidaridad entre las mujeres, especialmente en la lucha por su empoderamiento».
Lo certifica la productora del filme, María Zamora, la misma que sacó adelante 'Verano 1993' y 'Alcarràs', de Carla Simón, y que ha abierto las puertas a una generación de directoras como Clara Roquet, Mar Coll y Nelly Reguera. «La película plantea una red de sororidad, de mujeres que se ayudan entre sí. Gracias a esa red se puede salvar el derecho de las mujeres sobre nuestro propio cuerpo, una situación que se cuestiona bastante», explica. Que la acción transcurra en las postrimerías del franquismo tampoco resulta gratuito. Camborda no se conforma con hacer una película de época, sino que quiere que los ecos resuenen en el presente. «El aborto es una cuestión latente a la que ahora se le está dando altavoz», confirma. «Cuidar esos derechos de la mujer es más necesario que nunca en este contexto político».
Formada en las escuelas de cine de Múnich y Praga, Jaione Camborda (San Sebastián, 1983) debutó en 2019 con 'Arima', una enigmática cinta ambientada en la Galicia rural que obtuvo el Premio a Mejor Dirección en la sección Nuevas Olas del Festival de Cine Europeo de Sevilla, pero que apenas se vio en salas (1.200 espectadores, según el Ministerio de Cultura). 'O Corno', estrenada en Toronto antes que en San Sebastián, nace, según sus palabras, «de una necesidad de explorar como mujer la capacidad animal que tenemos de alumbrar». «Parte de muchas incertidumbres y busca respuestas no de una manera racional, sino cinematográfica, es decir, instintiva, emocional, artística».
La estructura circular del largometraje, que llegará a las salas el 11 de octubre, se abre y cierra con un nacimiento. «Era importante acabar con la vida después de transitar por lugares de dificultad en el viaje de la protagonista», apunta la directora. La cinta se rodó en gallego y portugués en localizaciones de las comarcas de Arousa y Baixo Miño (Pontevedra) y Alto Minho (Portugal). Entre sus escasos protagonistas masculinos aparece Diego Anido, el inolvidable 'hermano tonto' de 'As bestas', en la piel de un mago de pueblo con el que la protagonista mantiene un encuentro sexual durante una fiesta. Otro de los hombres pide a la prostituta negra que le deje beber la leche de sus pechos, como si fuera un bebé. «No quería mostrar al hombre como Satán, le introduzco de manera afectiva», confirma Camborda. Toda la represión del franquismo de la época está fuera de campo porque la realizadora quería mantenerse cerca de sus mujeres protagonistas.
'O corno' cuenta con una cuidada fotografía de Rui Poças, uno de los mejores camarógrafos lusos. «Los personajes tienen fisicidad, pero al mismo tiempo están en la tierra. Quería que hubiera belleza, pero no estampas», precisa Jaione Camborda, una de las tres directoras españolas que este año aspira a la Concha de Oro (las otras dos son Isabel Coixet con 'Un amor' e Isabel Herguera con 'El sueño de la sultana') . «Es un momento de celebración porque estamos tres mujeres y cada una de ellas en una lengua cooficial. Hasta ahora no se nos estaba dando la oportunidad, no nos dejaban hacerlo», celebra la directora. Por su parte, María Zamora se enorgullece de haber producido «a una hornada de directoras muy potentes». «Ha llegado tarde y todavía falta mucho, porque era un terreno copado. Esperemos que un día no sea noticia que haya tres directoras españolas en la sección oficial de San Sebastián».
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