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Ping es la pequeña protagonista de 'Dragonkeeper', una niña con el poder de comunicarse con los dragones.
'Dragonkeeper': 20 millones de euros para dibujar dragones hispanochinos

'Dragonkeeper': 20 millones de euros para dibujar dragones hispanochinos

Llega a más de 300 cines 'Dragonkeeper', una ambiciosa película de animación coproducida con el país asiático

Jueves, 18 de abril 2024, 07:16

A estas alturas, el cine de animación español no tiene que demostrar nada. Ahí están 'Planet 51', de los estudios Ilion en Alcobendas, que costó 55 millones de euros y llegó a 3.400 salas de Estados Unidos. O 'Klaus', de Sergio de Pablos, con ... un presupuesto de 40 millones aportados por Netflix y una nominación al Oscar de animación, hazaña que este año ha repetido la artesanal 'Robot Dreams' de Pablo Berger.

'Dragonkeeper' ronda los 20 millones y no podría haberse hecho si no fuera una coproducción con China. «Son 3 o 4 años y mil y pico personas trabajando. A nivel europeo, una película de animación familiar sencillita, de nivel medio, no baja de los 12 o 13 millones. Si queremos ser más ambiciosos ya son 20 o 30», ilustra su director, Salvador Simó (Barcelona, 1975). ¿Cuánto cuesta un filme de Disney o Pixar? «90, 120 millones... Sin contar con el presupuesto para publicidad y márketing», compara el autor de 'Buñuel en el laberinto de las tortugas', Goya de animación en 2019.

Tráiler de 'Dragonkeeper'.

'Dragonkeeper. Guardiana de dragones' inauguró el Festival de Málaga y llegará a más de 300 cines este viernes 19 de abril de la mano de A Contracorriente, la distribuidora independiente más grande de nuestro país. Su protagonista es una niña de corazón puro, Ping, que mantiene un vínculo con los dragones en la China imperial de hace 2.500 años. La factura visual es impecable y el ritmo se acerca más a la obra de Miyazaki que al frenesí del cine de animación reciente.

«En 'Dragonkeeper' prima más la aventura y mandan los personajes», precisa su autor, admirador de 'Los Goonies', 'Pesadilla antes de Navidad' y 'Mi vecino Totoro'. «Hay momentos de humor, pero es la propia historia la que los pide, no metemos un gag tras otro de manera artificial». Simó era el encargado de los personajes cuando el director inicialmente previsto, Ignacio Ferreras ('Arrugas'), abandonó el proyecto. La colaboración con los chinos se adivina complicada.

«La codirección (con Li Jianping) es relativa, porque, por contrato, toda la parte narrativa y creativa es española», remarca Simó. «Los chinos se encargaron de que la película fuera fiel a su cultura. El año pasado tuvimos que ir para supervisar al equipo, porque Jianping no estaba, es un cargo político más que otra cosa». El director explica que ahora sí se podría abordar una producción de esta envergadura con dinero español, pero en 2012, cuando se empezaron a negociar los derechos de la saga literaria de Carole Wilkinson en que se basa, era imposible.

El director Salvador Simó.

'Dragonkeeper' tenía que convencer en China y en Occidente. «No creo que los niños chinos sean menos inteligentes que los del resto del mundo», ironiza Salvador Simó. «Es verdad que culturalmente tienden a sobreexplicar las historias. Pero China se ha abierto mucho y la gente joven consume productos occidentales, ya no hay tanta diferencia cultural».

Inteligencia artificial

Las películas del Estudio Ghibli, constata el director, tienen un ritmo pausado y a los críos les encantan. «El mercado tiende a pensar que a los niños hay que darles todo hecho, yo intento tratar al público infantil con respeto. Son capaces de entender muchas más cosas que nosotros con su mente abierta y espabilada». 'Dragonkeeper' es una película de cine familiar, de acuerdo, «pero también les tiene que excitar intelectualmente y darles ganas de verla otra vez, porque en cada nueva visión descubren cosas nuevas».

Meses antes del estreno de una producción de Disney o Pixar ya la conocemos gracias al merchandising. La 'major' también domina la distribución en salas, al igual que Sony y Warner. «A Contracorriente y Antena 3 están haciendo un gran trabajo, pero sigue siendo la lucha de David contra Goliath», lamenta Salvador Simó. Si el estreno en salas sigue siendo importante para publicitar una película, en el caso de los dibujos animados es esencial. «Mira 'Klaus'. Es una lástima que solo se viera en Netflix».

Ping, la pequeña protagonista de 'Dragonkeeper'.

El cine de animación español «lleva muchos años peleando y demostrando que es puntero», se felicita el realizador. «Falta que el Gobierno se dé cuenta de que esto es una industria que genera mucho dinero y trabajo. Hasta que no ocurra seremos competitivos a nivel creativo, pero no en el plano comercial. 'Dragonkeeper' compite con producciones de 80 y 90 millones. Por eso el Gobierno debe hacer algo para evitar la fuga de talentos».

La Inteligencia Artificial también está llamada a revolucionar la fabricación de imágenes en un género caro y laborioso. Simó, que ha trabajado en los efectos especiales de la saga 'Piratas del Caribe' y 'Las Crónicas de Narnia', se muestra optimista. «Yo creo que la IA acabará encontrando su sitio, no puedes huir de ella, tienes que utilizarla con inteligencia, valga la redundancia. Al final, es una herramienta más para trabajar de manera más rápida, pero nunca va a sustituir la parte creativa».

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