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Agotada. Así parece estar la fórmula de 'Scream', la franquicia que alumbraron el guionista y productor Kevin Williamson -es el responsable de 'Dawson crece'- y el director Wes Craven. La que se estrenará este viernes es la sexta entrega de la saga. Pueden parecer muchas, ... pero si hay una serie de terror que ha dejado reposar a sus distintas entregas esa es 'Scream'. Si bien sus tres primeras películas se desarrollaron en apenas cinco años (1996-2000), hubo que esperar a 2011 para adentrarse en 'Scream 4' y a 2022 para disfrutar de 'Scream', una suerte de 'reboot' de la franquicia que unía los personajes originales interpretados por Neve Campbell, Courtney Cox y David Arquette, con un elenco actoral más joven encabezado por Melissa Barrera y Jenna Ortega en el papel de Sam y Tara Carpenter, respectivamente.
'Scream VI' -resulta muy curioso que la franquicia retome la numeración y utilice ahora números romanos- cambia por vez primera de escenario y se aleja de Woodsboro, la ciudad ficticia creada por Williamson para desarrollar la saga, para viajar a Nueva York. A la gran ciudad se han ido a vivir Sam y Tara para tratar de cerrar ese angustioso capítulo de su vida. Lo cierto es que el cambio le sienta bien a la saga. Se acabaron las viviendas unifamiliares con piscina y grandes salones, bienvenidos los bloques de viviendas más bien pequeñas y los oscuros callejones.
Tara está concentrada en sus estudios universitarios y en un interés romántico por Chad (Mason Gooding) que no parece avanzar hacia ningún lado; Sam, en cambio, acude a terapia todas las semanas y está obsesionada con proteger a su hermana pequeña. Las cosas se tuercen cuando un perturbado ataviado como Ghostface comienza a dejar un reguero de cuerpos a su paso, colocando en la escena de cada crimen una de las máscaras que los asesinos usaron en las anteriores entregas.
Tras un arranque prometedor y efectista -atención al papelito de la siempre genial Samara Weaving-, que recuerda a algunos de los mejores pasajes de la franquicia, la cinta acaba desinflándose irremediablemente. Con pocas muertes -es lo mínimo que se le puede exigir a un 'slasher'- y casi ninguna de ellas memorable e imaginativa, 'Scream VI' resulta plana, pese a no escatimar en hemoglobina, y se torna aburrida cuando replica punto por punto algunas de las situaciones de los filmes anteriores, pero sin ser capaz de retener el encanto de las originales, algo que en la anterior entrega sí se entreveía.
Escrita por James Vanderbilt y Guy Busick y dirigida por Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett, 'Scream VI' sigue jugando a lo metareferencial, pero el juego ha perdido su gracia. Por mucho que la pizpireta y gran conocedora del cine de terror Mindy (Jasmin Savoy Brown) siga los pasos de Randy en las originales y verbalice lo que va a suceder a continuación en la película y en la franquicia y ponga sobre la mesa las reglas del cine de terror, el chiste ha perdido su magia, aunque en la sala de cine fuera una de las secuencias más esperadas.
Lo que en 'Scream' era algo original, divertido y revelador, sobre todo porque detrás de la cámara estaba Craven, responsable de buena parte de las pesadillas de los adolescentes de los ochenta y de algunas de las películas a las que la propia cinta homenajeaba, aquí resulta descafeinado y carente de alma. Ghostface sigue siendo un enemigo torpón e impreciso, pero cada vez importan menos sus razones y 'averiguar' quién o quiénes se ocultan detrás de la máscara. Tampoco ayuda que Quinn (Liana Liberato) o Ethan (Jack Champion), nuevos compañeros de piso de los protagonistas, nos den absolutamente igual, o que el interés amoroso de Sam, un vecino llamado Danny a quien da vida Josh Segarra, posea cero carisma. Algo más de enjundia tiene el personaje del detective Bailey (Dermot Mulroney). Padre de Quinn, trabajará para dar con el asesino.
De nada sirve el regreso de la periodista Gale (Courtney Cox) o la reaparición de Kirby (Hayden Panettiere), esta vez como una agente del FBI, para insuflar nueva vida a una cinta en la que sí que se nota la ausencia de Sidney Prescott (Neve Campbell), que en esta ocasión es falta porque asegura que los productores no le ofrecieron un dinero acorde «al valor que aporto y que he aportado a esta franquicia durante 25 años». Con pocas secuencias destacables y alguna realmente lamentable -el momento del metro es sencillamente bochornoso-, 'Scream VI' sí aprovecha para lanzar reflexiones acerca de la familia que se elige, los traumas, la confianza, lo tóxicas que son las redes sociales, la facilidad con la que se pueden colar noticias falsas en las mismas o debatir acerca de si los impulsos violentos o la culpa pueden heredarse... Pero todo sin una sola idea genuina, ni un atisbo de intentar cambiar las cosas o contarlas de otra manera. Una oportunidad perdida. Menos mal que se redime algo con ese final catártico.
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