A un año vista del inicio del ministerio en Burgos

El profuso tejido industrial con empresas punteras que abren caminos nuevos. Las instalaciones deportivas, los amplios y hermosos paseos. Las comunicaciones que, a pesar de que aún no ha llegado el tan esperado AVE y que deben concluir infraestructuras de autopistas, hacen que Burgos sea un enclave estratégico. Los campos y diversos contrastes de las diversas comarcas de la provincia son, en tantas dimensiones, de una belleza incomparable.

Eclesialmente me he encontrado con una Iglesia hermosa, venerable en su antigüedad y con múltiples testimonios de santidad. Un clero bien formado y entregado. Una abundante vida contemplativa con veintinueve monasterios de clausura. Una profusa red de vida consagrada activa implicada en todos los sectores. Un laicado que sostiene la actividad pastoral; la religiosidad popular y las cofradías… y que impulsan una Caritas viva y generosa. Una red de centros educativos excelentes. La Facultad de Teología, reconocida en el panorama nacional e internacional, los dos seminarios… La vida misionera con más de 500 misioneros distribuidos en los cinco continentes…

He llegado en la celebración del VIII centenario de la Catedral, del jubileo con que lo celebramos y del desarrollo de la Asamblea diocesana. Estos acontecimientos son una especial ocasión de gracia para todos. Soy consciente de no poder recoger en pocas líneas toda la riqueza que me he encontrado. Procuro ir conociendo todas las realidades. He visitado los once arciprestazgos, voy conociendo personalmente y uno a uno a los sacerdotes, he visitado prácticamente todos los monasterios de clausura, dedico los sábados por la tarde y los domingos por la mañana a recorrer la archidiócesis, celebrando la Eucaristía en las diversas parroquias… Una realidad por la que cada día doy gracias a Dios por permitirme servir a una Iglesia tan hermosa.