La ultraderecha, en su afán por evitar que se traspasen vallas y muros, ha cruzado la última frontera; y ha desafiado el único pilar cultural sobre el que descansa algo tan valioso -y olvidado por estos lares- como el consenso: los Reyes Magos son tres ... y uno de ellos es negro. En la delegación de Vox en Cádiz no eran conscientes de estar jugando con fuego cuando decidieron felicitar la Navidad con una imagen de tres señores blancos, que en ningún caso -repito, en ningún caso- se podría corresponder con la de Sus Majestades de Oriente. Por ahí, lo digo desde ya, no van bien.

Publicidad

En los equipos de tres casi siempre preferimos al diferente. Baltasar nos gusta porque viene de más lejos que los otros dos; y sus regalos, al menos en mi casa, son los más grandes. Pero analicemos otros casos: de los tres mosqueteros el mejor era Porthos, el gordo; y está claro que Pancho Pistolas, el gallo mariachi de los tres caballeros de Disney, se comía a Donald y José Carioca con patatas. Podemos seguir: el más famoso de los Tres Tenores es, por supuesto, el italiano; en Café Quijano, el que es más chulo que los otros dos; no creo que Mecano superasen el test de Bechdel, y quizá por eso nos quedamos con Ana; y hasta en los tres cerditos había uno más espabilado.

Las convicciones profundas son intocables: si aquí no gustaron las Reinas Magas de Carmena ni ver a Ruiz-Gallardón con la cara embetunada, mucho menos iba a encajar esa procesión de Melchores -por tener, tenían blanca hasta la barba-. Baltasar es la primera lección antirracista que recibimos en nuestra vida, pero en Vox parece que un día te levantas con el patriota subido y al siguiente piensas, como Paco Martínez Soria en 'Es peligroso casarse a los sesenta', que todos los negros -hasta los que son reyes y te colman de regalos- traen mala suerte. Abascal, no te lo perdonaremos jamás.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad