Las diez noticias imprescindibles de Burgos este domingo 2 de febrero

En la doctrina cristiana, el Miércoles Santo se recuerda por haber sido el día en que Judas decidió traicionar a Jesús. Aquella jornada, el discípulo díscolo prometió ante el Sanedrín vender a su maestro a cambio de treinta monedas de plata, y aunque este año ... no estamos viendo las calles atestadas de pasos y devotos, mucho me temo que algunas tradiciones se siguen cumpliendo a rajatabla: hay procesiones caseras dentro de los hogares, se le cantan saetas a la Virgen desde los balcones y, sobre todo, estos días brillan con especial vehemencia el cainismo y la deslealtad de dejar vendidos a quienes finges apoyar.

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Lo ha hecho Abascal, rompiendo el confinamiento y plantando a sus diputados en un Congreso paralizado; lo hace también, cada día, Pablo Casado, contraprogramando las comparecencias del gobierno y cerrando la puerta a la posibilidad de unos nuevos pactos de la Moncloa; y Díaz Ayuso, que simula estar del lado de la ciudadanía mientras coloca al frente de la crisis de las residencias de ancianos a la hija de quien ideó la privatización sanitaria. También traiciona el propio ejecutivo, que anunciaba una supuesta moratoria en el pago de impuestos al mismo tiempo que cargaba, sin preguntar, la cuota de marzo en la cuenta de todos los autónomos del país.

Treinta monedas, valgan lo que valgan al cambio intersecular, es un precio muy bajo a cambio de la inseguridad en la garganta de los trabajadores, la angustia en todos los estómagos y una desconfianza social creciente hacia las instituciones democráticas. Al final, en estas circunstancias el único que no traicionaría a nadie sería el pobre Judas: no sé cómo iba a besar a Jesús a dos metros de distancia y con la mascarilla puesta.

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