Secciones
Servicios
Destacamos
Pedro Sánchez da vueltas en la cama, inquieto. Ya no puede esperar más. Está sudoroso y agitado. Se levanta y mira el despertador. Son las cinco de la mañana. Cree haber visto una luz en el salón. Despierta a Begoña y le dice:
-¿Estarán ... aquí? ¿Serán ellos?
Begoña se aparta el pelo de la cara y lo mira con un cansancio infinito. Le dice que vuelva a meterse en la cama y trate de dormir. A los Reyes Magos hay que dejarles trabajar tranquilos porque, si no, se irán y solo le dejarán carbón. Esas cosas, a los cincuenta años, Pedro, ya hay que saberlas. El presidente refunfuña, pero intuye que su mujer tiene razón. Vuelve a la cama y trata de contar ovejitas. Cada ovejita salta una valla y deroga a la anterior. A la ovejita derogatoria número 247 pierde el interés. Teme que los Reyes Magos no le vayan a traer el regalo que ha pedido, con la ilusión que le hace y la carta tan bonita que les escribió. Con letra redondilla y temblorosa, les confesaba Pedro a Sus Majestades que este año él no había sido malo del todo, si acaso un poco mentirosillo, incluso muy mentirosillo, pero que tuvieran en cuenta lo de la pandemia y tal. Finalmente, cae dormido. Sueña que a Baltasar lo ha devuelto en caliente Marlaska nada más cruzar la frontera de Ceuta y que ahora tiene que regresar a Abu Dabi con el camello, la mirra (sea eso lo que sea) y su regalo. Se despierta empapado. Son las siete y media. Ahora sí; no aguanta más. Sale corriendo al salón, aparta los globitos de colores y rompe nerviosamente el envoltorio. Cuando abre la caja no puede reprimir un gritito de alegría. ¡Es el regalo que había pedido! Dice en voz alta: «¡Gracias, Reyes Magos!».
Sobre la alfombra, con los lacitos aún puestos, reposa Pablo Casado, líder de la oposición.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.