La reconciliación con la historia

La historia de siglo pasado español es muy compleja, y yo no sé cómo se hace eso de reconciliarse con la turbamulta cambiante de un país a lo largo de una centuria en la que ha habido un retazo de restauración, una dictablanda, una vigorosa República, una guerra civil, una interminable dictadura y un proceso de transición a la democracia. Sucede como es obvio que este pasado es indeleble, como todos los pasados, por lo que debemos avanzar con él en las alforjas. No sin alegrarnos de que el desenlace de toda esta conmocionante sucesión fuera un pacífico consenso que incluía el perdón a nuestros adversarios y el compromiso de convivir ya para siempre en pluralidad y en democracia.

La Iglesia católica experimentó en su musculatura los mismos vaivenes que el resto de la sociedad del país. Conservadora por instinto de conservación, llevó bajo palio a los dictadores y también contribuyó a las reformas y a la reconciliación.