Las diez noticias imprescindibles de Burgos este lunes 3 de febrero

Sobre la quedada juvenil de Irene Montero con 'influencers' y otras especies, dice la ministra que hablaron de cómo pueden hacer que este país sea más feminista. Es la nueva versión de 'Hablando se entiende la basca'. Esa juventud repensando España, como Aznar y González. ... Pero este país ya es feminista y civilizado. El otro día, Ana Rosa Quintana la dejó un poco en ridículo (aunque se basta ella sola con sus vídeos) preguntándole cómo iban a articular en la ley de libertad sexual lo de sólo sí es sí y otras cuestiones. A Montero sólo le faltó soltarle «OK, boomer» (para atacar las actitudes viejunas de la generación baby boom). ¿Cómo no va a ser Ana Rosa feminista? ¿O Cayetana Álvarez de Toledo?

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Lo de Montero es otra cosa. Ni olas ni hostias. Defiende el feminismo identitario. Su empeño por legislar lo que ya está legislado o es imposible de legislar constituye una extraordinaria clase práctica de populismo punitivo. En su libro 'Populismo punitivo' (Deusto), Guadalupe Sánchez Baena explica: «Frente a las reivindicaciones legislativas igualitarias del feminismo liberal, que reclaman un trato igual ante la ley al margen de diferencias por razón de sexo, el identitarismo pretende hacer de esa diferencia una fuente de privilegios legales, aun a costa del menoscabo de los cimientos de la democracia liberal y el Estado de derecho» (las reacciones contra la sentencia de La Manada y esa ley de libertad sexual lo demuestran).

Los identitarios también creen que la mujer es una víctima colectiva, no admiten mujeres libres que puedan progresar como les dé la gana. Eso son abejas reinas. Incluso si lo han hecho desde la pobreza. Esta gente viene a traernos libertades. Chupi.

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