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¿Qué tendrá la princesa? Pues que la han llamado gorda. O algo peor. «La hija mayor de Máxima de Holanda luce con orgullo su look 'Plus Size'», dice la última portada de 'Caras'. En Argentina se ha armado. Emilia Landaluce siempre ha preferido que ... la llamen puta a que le digan que ha engordado. A ver, yo también prefiero que me llamen puta a gorda. Y desde luego guarra putísima a plus size. Anabel Vázquez defiende en 'Telva' los anglicismos. Algunos. Este de plus size seguro que no. Hay cosas horribles como win-win («aunque una vez alguien dijo ganar-ganar y aún estoy desmayada en el suelo»). O «Estoy fit porque soy runner y realfooder» o «El timing de este webinar es el mejor». Mira, más allá de la enfermedad, la muerte, la catástrofe económica y el codito, el término webinar es lo peor que nos ha traído la pandemia.
Igual que me cambio por un Kennedy muerto me cambio por una princesa gorda adolescente en un país frugal. Me gusta Máxima, me gusta la princesa Amalia y me gusta más su hermana Alexia, pero porque es pelirroja. Como han puesto a la revista como hoja de perejil, la directora se ha defendido: «Quisimos mostrar el gran momento de una princesa que vive su adolescencia sin tabúes y defiende su figura de mujer real». Ay, como un anuncio de Dove. Y el vicedirector (tipo con pinta entre Woody Allen y Peter Sellers) dice que la de Amalia es «una historia de superación y resiliencia» (por el bullying sufrido). Oigo resiliencia y me echo mano a la faca.
Cerda y roja de mierda han llamado unos energúmenos protaurinos a la ministra Díaz. Y un senador llamó «maldita zorra» a Alexandria Ocasio-Cortez (qué ceporros dándole munición). Gana Amalia con look plus size. Qué asco.
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