Pentimento

Las memorias de Lillian Hellman (una parte) se llaman 'Pentimento'. Lo explica. «La pintura es un lienzo. Al envejecer, a veces se vuelve transparente. Cuando ese fenómeno ocurre es posible, en algunos cuadros, ver las líneas originales: un árbol se divisa detrás del vestido de ... una mujer, un niño se convierte en perro, un barco ya no flota en un mar abierto. Eso se llama pentimento porque el pintor se arrepiente, cambia de opinión. Quizás se pueda decir que aquella vieja concepción, reemplazada por una elección más tardía, es un modo de ver y luego de ver de nuevo». La necesidad del perdón es lo más interesante en la serie de la BBC 'Condena'. El protagonista está en la cárcel por atropellar y matar borracho a un hombre. Y quiere que la viuda del muerto lo perdone. Es un hombre bueno desde el principio. Nada de eso hay en lo de Parot. Lo grave no es que la Audiencia Nacional diga que manifestarse a favor de Parot no implica enaltecimiento del terrorismo ni humillación a las víctimas, lo grave es que los herederos y amigos de ETA lo consideren razonable. Que puedan hacer lo que les dé la gana sin más reproche que el de la sociedad que en teoría ha ganado frente al terror. Claro que la banda ya no mata, pero no sé si hemos ganado. No somos la Esther Tusquets de 'Habíamos ganado la guerra'.