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Recuerda Ignacio Gómez de Liaño en una entrevista con Antonio Arco lo defectuosa que es nuestra democracia. Que sí, que ya sabíamos que los tomates no saben a nada (algunos sí), pero tiene razón. «Nosotros no elegimos a nuestros representantes, sino al partido que elige ... a quienes nos vienen a representar». Por ejemplo, el PP elige a Antonio González Terol. Lo veo bailando en Tik Tok. Hemos visto a Rajoy bailar, pero grabado de extranjis en la celebración de una boda, no haciéndose un vídeo mirando a la cámara como Ponce en sus desvaríos de enamorado. Además, dice Gómez de Liaño que los políticos gozan de privilegios tales como pensiones enormes o capacidad de nombrar a una gran cantidad de personas a su servicio. «Una especie de dictadura en la que el poder no está en manos de uno solo, sino en manos de unos cuantos, que son los que mandan». Y lo fundamental: «En España lo que hay es una oligarquía incompetente». Yo cambiaría la democracia perfecta por la competencia, pero no nos caería esa breva.
Celia Villalobos, de la especie de los incompetentes, repite que a Rajoy el partido le importaba una higa, que se dedicó a que no hubiera rescate. Hombre, y Pedro Sánchez se dedica al permanente rescate de su persona dentro de una crisis sanitaria, económica e institucional. Vamos a aplaudir a Bildu en el Congreso y cosas así, que nos conviene.
Dicen los alemanes, a los 30 años de la reunificación, que tienen la mejor Alemania de la Historia. Claro que la España de ahora, en el sentido pinkeriano, es mejor que la de cualquier momento anterior, incluso con imperio, pero tampoco nos chupemos lo que dicen en 'Pulp Fiction', que sabemos que todo va a empeorar. Vamos otra vez a Alemania, Pepe.
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