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Están 'Les temps de l'amour' (los tiempos del amor) y están los tiempos de la muerte. Claro que hay 'Tant de belles choses'. Y horribles. Françoise Hardy está harta de la enfermedad, del cáncer de faringe que lleva sufriendo años. Y de los efectos ... secundarios. De no poder tragar, de no poder hablar. De no tener saliva. De las hemorragias nasales. De que nada funciones normalmente en su cuerpo. De la pesadilla que vive (si eso es vivir). En una entrevista en 'Femme Actuelle' (por correo, claro) la cantante francesa de 77 años dice haber perdido la esperanza. Cada día es un infierno. Y las noches son peores que los días.
Teme la grandísima Hardy que la muerte natural le traiga «aún más sufrimiento físico». «No se trata de que los médicos accedan a todas las peticiones. Se trata de acortar el sufrimiento innecesario de una enfermedad incurable desde el momento en que se vuelve insoportable». Le gustaría tener la oportunidad de elegir terminar con su vida. «Pero dada mi notoriedad nadie querrá correr el riesgo de que le retiren de ejercer la medicina».
Los obispos americanos están contra Biden por el aborto, aunque él se oponga de manera personal. Un señor que cuando viajaba como vicepresidente de Obama enviaba a alguien para que le buscara iglesias en domingo para ir a misa y comulgar. Por suerte para Biden, el arzobispo de Washington ya ha dicho que podrá seguir recibiendo la eucaristía.
Lourdes Méndez, diputada de Vox que se fue del PP por su posición bidenesca con el aborto, escribía en Twitter. «Con la satisfacción de pertenecer a un partido que defiende la vida desde la concepción hasta la muerte natural…».
'Comment te dire adieu?', Françoise. 'Le sais-tu?', Lourdes.
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