Secciones
Servicios
Destacamos
Andan los amiguitos de Jeffrey Epstein preocupados por la publicación de sus nombres como pasajeros del Lolita Express, el avión privado. Sobre todo cuando iban de excursión a la isla Little St. James. Bueno, se sabe que en ese avión volaron Bill Clinton, el príncipe ... Andrés, Kevin Spacey o Naomi Campbell. Vale, una vez agarró del cuello a su asistente personal y con el móvil en la otra mano empezó a golpearla. También pegó con el móvil a una empleada doméstica porque creyó que le había robado unos pantalones. Y hasta zurró a unos policías en Heathrow. Pero no se le conoce abuso sexual a jovencitas, que es de lo que va este turbio negociado.
Ir en aviones de amigos ricos no es delito. Aunque el amigo sea un delincuente sospechosamente suicidado. Tampoco lo es tener un amigo que comete faltas de ortografía, pero da un poco de vergüenza. Ignacio Carnicero, el amigo de Pedro Sánchez al que pagaron 18.000 euros por un informe de diez páginas antes de colocarlo al frente de una dirección general innecesaria, es ese amigo. Hizo 36 faltas de ortografía en un texto copiado de 490 palabras. Un informe sobre el futuro Museo Nacional de Arquitectura que era un mero trámite. Hasta a Belén Esteban le pagaron menos (15.000) por el ridículo que hizo en el Carnaval de Tenerife.
Pero no vamos a esperar que a Pedro Sánchez le dé vergüenza tener a un zopenco de amigo desde los nueve años. «Tenemos que traerle a España, hay gente fantástica fuera de nuestro país que tiene que volver. Él es uno de ellos», dijo a Ana Rosa Quintana del fenómeno. Hombre, por lo menos enchufa a los que no tengan faltas de ortografía. Una falta es una mancha de huevo en la camisa blanca. 36 manchas de huevo, el tío.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.