Secciones
Servicios
Destacamos
Al ver las imágenes de los estudiantes haciendo cola para sus exámenes de selectividad me da por echar cuentas, y me percato de que ya hace diez años que mis colegas de generación y yo nos enfrentamos al mismo trance. Diez años es tiempo suficiente ... para empezar a colocar los hechos en perspectiva y para valorar las cosas en su justa medida, pero no tanto como para haber olvidado el nudo en el estómago, la angustia en los ojos y las expectativas en la garganta. Recordar el aire recalentado del aula magna de la facultad, los codazos descarados y el fiestón posterior, sin mascarilla ni gel hidroalcohólico mediante, me sirve para volver a comunicarme con la chavala que fui.
Desde la falsa superioridad moral que dan los años, pienso en las cosas que le diría, en los consejos que le daría, y me cuesta darme cuenta de que, por suerte, sigue siendo ella la que me guía en las encrucijadas, la que me obliga a meterme en callejones sin salida aparente y la que, cuando algo sale bien, emerge a la superficie para llevarse el mérito. Mi intuición, como todos los instintos que no se atrofian, se ha quedado en los dieciocho. Todavía me dice que haga lo que me dé la gana: ya que en un asunto o en otro me voy a equivocar, es la única manera que se le ocurre de garantizar que, por lo menos, mis errores me pertenezcan.
Me anima también a que me arriesgue, y me recuerda que dentro de cien años -ella, a su manera, también es optimista- tendré toda una eternidad para arrepentirme. Y me advierte cada día de que existen otros mundos, pero están en éste. La sabia es ella. Yo, para quienes estáis despegando ahora, solo tengo un consejo: cuidad vuestra propia voz, porque la vida es un movidón y la vais a necesitar.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.