Instituciones al servicio del bien común

El legado de los Comuneros no debe limitarse a ese recuerdo anual del 23 de abril, como fiesta oficial de la Comunidad Autónoma. El recuerdo debe ir mucho más allá, como un compromiso con las personas de esta tierra, como un reforzamiento de las instituciones como mejor garantía de sus derechos, como una cercanía hacia los problemas que preocupan a la gente.

Lógicamente, la sociedad ha evolucionado mucho desde aquellos días del siglo XVI y España es desde hace décadas una democracia consolidada dentro de ese gran proyecto de entendimiento y concordia que es la Unión Europea. Desde el pluralismo político, que es uno de los valores superiores de nuestro ordenamiento jurídico, los postulados comuneros siguen vigentes hoy día.

Nuestra comunidad cuenta con instituciones que están al servicio de los castellanos y los leoneses. Como instituciones básicas tenemos las Cortes de Castilla y León, la Junta de Castilla y León y su presidente, pero también están esas otras instituciones propias que también están al servicio de los ciudadanos como el Consejo Económico y Social, el Procurador del Común, el Consejo Consultivo y el Consejo de Cuentas.

El Estatuto de Autonomía también nos indica que la comunidad autónoma tendrá una relación prioritaria con las entidades locales. Nuestros ayuntamientos y diputaciones, como instituciones cercanas a los ciudadanos, son la referencia obligada para dar esa respuesta rápida a lo que se espera de nosotros. Dentro del ámbito de Relaciones Institucionales también debemos hacer referencia a las que tiene la Comunidad de Castilla y León con el Estado. Nuestra comunidad es leal con España y, desde ese secular y contrastado compromiso, también colabora con las demás Comunidades Autónomas, guiándonos en principios generales de solidaridad y cooperación.

Además de todas estas instituciones no podemos olvidar, y más teniendo en cuenta el privilegio que se me ofrece al poder dirigirme a los lectores de este medio, lo previsto en el artículo 16.22 del Estatuto de Autonomía de Castilla y León. En el mismo se señala que los poderes públicos de la comunidad promoverán las medidas necesarias para garantizar la plena eficacia de un derecho ciudadano básico como es el de recibir una información plural y veraz, desde el reconocimiento del papel de los medios de comunicación en la formación de una opinión pública libre y en la expresión de la identidad regional.

Castilla y León es una tierra con un rico pasado y su patrimonio histórico-artístico es una de sus señas de su identidad, pero Castilla y León es, sobre todo, una tierra de futuro y de oportunidades, una tierra en que sigue luchando por eso que ya hace cinco siglos se denominaba «bien común» y que actualmente sigue siendo el objetivo de cualquier institución pública.