No puedo parar de reír. ¿A santo de qué estamos con que Kate Winslet es vieja y gorda por un titular periodístico? Eso lo serían Jane Darwell o Margareth Rutherford. Importándonos, claro, un bledo. Y hoy, más gordas que viejas son Kelly McGillis y Kathleen ... Turner. Échenle un vistazo a esta en 'El método Kominsky'. Nada que ver con cuando, según contaba ella, Michael Douglas, Jack Nicholson y Warren Beatty tenían una competición a ver quién se la tiraba antes. No lo hizo ninguno. Y ahora está con el viejecito Douglas en la serie. Kate Winslet, con 45 años, vieja. Madre mía, como si volviéramos a la discusión sobre el voto femenino en la España de 1931. Que voten a los 45 años, propuso Manuel Hilario Ayuso, diputado del Partido Republicano Federal, «cuando se fija por los tratadistas la estandarización de la edad crítica de la mujer latina». La inglesa Kate Winslet está estupenda en 'Mare of Easttown' (HBO) con sus 45 años. Otra cosa es que la lleven vestida la mayor parte del tiempo con ropa barata y, supuestamente, poco favorecedora. Anda ya, si hasta las camisas de cuadros le sientan bien.

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Kathleen Turner dice que si va por la calle nadie se fija en ella. Salvo que hable. A Kelly McGillis, cinco años mayor que Tom Cruise, no la llamaron para la nueva 'Top Gun'. «Estoy vieja y gorda. Tengo la pinta de una mujer de 62 años. Yo ahora me siento a gusto y mi valía no depende de mi belleza». Que haya que repetir estas cosas.

He escrito muchas veces que me gustaría ver una película con Kathleen Turner y Kelly McGillis. Para todas las McGillis y Turner del mundo. Tampoco serán muchas, porque pocas han estado tan buenas como ellas. Kate Winslet puede hacer de hija de una de ellas.

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