El diplomático salvó a miles de personas escondiéndolos en las dependencias de la Embajada de España en Hungría hace ahora 80 años
Francisco Aldecoa Luzárraga
Presidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo | Catedrático emérito de Relaciones Internacionales de la UCM
Miércoles, 11 de diciembre 2024, 08:30
El 28, 29 y 30 de noviembre tuve oportunidad de visitar Budapest con motivo de la Asamblea Anual del Movimiento Europeo Internacional, en la que estábamos gran parte de las 39 secciones nacionales de dicha organización. Allí participé en una recepción en la delegación diplomática española, bajo la invitación del embajador Alfonso Dastis, exministro de Asuntos Exteriores. A lo largo de la conversación, salió el tema del importante papel que había jugado Ángel Sanz Briz en la protección y liberación de judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Incluso pudimos visitar los sótanos en los que este diplomático dio cobijo a miles de judíos en 1944.
En estos días, a primeros de diciembre, se cumplen los 80 años de la liberación de los judíos que estaban escondidos en la Embajada de España y en los establecimientos cercanos bajo protección diplomática. En los seis meses anteriores a este hecho, se había acelerado el Holocausto en la capital húngara, recrudeciéndose la persecución, especialmente en el mes de octubre y noviembre, como consecuencia de la llegada al Gobierno del Partido de la Cruz Flechada apoyado por la Alemania nazi.
El Gobierno franquista en España retiró al embajador en Hungría, Miguel Ángel de Muguiro, que ya venía denunciando la persecución judía en el país, el 5 de abril de 1944, siguiendo los pasos que habían tomado otras capitales europeas. En la Embajada se quedó el diplomático Ángel Sanz Briz, encargado de Negocios. Durante esos meses, fueron deportados de Hungría unas 500.000 personas, siendo enviadas a un campo de concentración cercano a Katowice, donde los asesinaron en cámaras de gas y utilizaron los cadáveres para producir grasa de productos industriales. A otros los mandaron a Auschwitz.
Sanz Briz participó junto a otras embajadas de países neutrales en la expedición de documentos de identidad a ciudadanos judíos para ponerlos a salvo de las deportaciones. Buscó recursos prácticos para ofrecer protección y dio con el real decreto de Alfonso XIII de 1924 por el cual los descendientes de los judíos sefardíes expulsados de España en 1492 tenían derecho a ser repatriados y acceder a la ciudadanía española. Con ello, dio el respaldo legal para expedir la protección a los sefardíes húngaros.
Así, fue otorgando protección diplomática a un número cada vez más mayor de judíos. Sin embargo, en la medida en la que fueron aumentando las solicitudes de magiares perseguidos, amplió dichos pasaportes a familiares y después a través de cartas de protección para personas perseguidas. Al final, se calcula que en los sótanos de la Embajada española y en establecimientos cercanos llegó a dar cobijo a alrededor de 5.000 judíos.
A primeros de diciembre de 1944, es decir, hace ahora 80 años, con la ayuda de un cónsul accidental que nombró él, Giorgio Perlasca, de origen italiano, estos judíos fueron trasladados a través de un tren de transporte de ganado a una ciudad suiza. Con ello, se liberaron de la terrible persecución y de la muerte segura, como ocurrió con el resto de los compatriotas judíos que en aquel momento vivían en Budapest. De esta forma, Sanz Briz y los funcionarios de la Embajada española pudieron participar en una de las liberaciones de judíos de mayor alcance durante la Segunda Guerra Mundial, aunque, quizás, de las menos conocidas, al menos en España.
El recuerdo de estos hechos, y visitar los lugares donde fueron protegidas estas personas, nos produjo una gran consternación. Sobre todo, al constatar, por un lado, las horribles consecuencias del Holocausto nazi; por otro, el valor de determinados diplomáticos y otras personas, en este caso españoles, para salvar tantas vidas humanas. Actualmente, la Unión Europea y los Estados miembros se ha convertido en un lugar de libertad donde parece imposible que hayan ocurrido estas atrocidades y esperemos que el desarrollo del proyecto europeo pueda garantizar la defensa de los derechos humanos cada vez en más latitudes.
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.